«Ya sabes que no me gusta vivir en el pasado, pero…»
(Patsy Walker, constantemente)

Si alguien nos preguntara por una lista de los personajes más longevos de la editorial Marvel, que han estado presentes en todas sus etapas, desde los tiempos de Timely Comics, pasando por la breve era Atlas (y sus monstruos) hasta la actualidad, pocos nombres nos vendrían a la cabeza. El más evidente sería el Capitán América, reciclado desde sus orígenes propagandísticos durante la Segunda Guerra Mundial hasta la pérdida de correlación entre los valores que defiende y el país en el que vive desde la guerra de Vietnam. Con algo más de bagaje comiquero hablaríamos de Namor, el Hombre Submarino, hoy en día rey de Atlantis y primer mutante (retroactivo) que publicó la editorial. Y ya para nota habría quien incluiría a la Antorcha Humana, a la que, a raíz del éxito de los Cuatro Fantásticos en los 60, hoy le añadimos la coletilla de «original», en tanto que hablamos del androide Jim Hammond, y no del alocado Johnny Storm.

Estas tres respuestas, aun siendo correctas, se quedan cortas, probablemente debido a que Marvel es una editorial de superhéroes, y cuando echamos la vista atrás es en eso en lo que nos fijamos para encontrar esos personajes tan antiguos. Pero lo cierto es que, en los años 40, auge de Timely Comics, se prodigaban muchos más géneros (incluso más que en la actualidad, donde el bélico o el western son casi anecdóticos) y uno de los más exitosos era el romance. Así, en noviembre de 1944 debutaría en el segundo número de la cabecera Miss America Magazine uno de los personajes que más tiempo lleva en la Casa de las Ideas: Patsy Walker, la pizpireta adolescente que enamoraba a América.

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La creación de Otto Binder, más conocido por sus aportaciones a la mitología del Capitán Marvel de Fawcett Comics (hoy Shazam en DC Comics), y de Ruth Atkinson, una de las primeras grandes autoras de cómic americano (que también creó otro personaje que nos acompaña desde Timely, aunque hoy se prodiga poco, como Millie la Modelo) fue un éxito rotundo. Patsy llegó a sostener hasta tres cabeceras con su nombre (Patsy Walker, Patsy and Hedy, y Patsy and her Pals), varias revistas para adolescentes (Miss America Comics, Teen Comics, Girl’s Life), e incluso generó algún spin-off no demasiado exitoso (Wendy Parker). Salvando las distancias, Patsy Walker se convirtió en la versión femenina de Archie Andrews (aunque éste llegaría a dar nombre a su editorial y nunca ha dejado de publicarse desde 1941), una franquicia de éxito durante al menos veinte años, apareciendo en más de 500 tebeos en ese tiempo.

Sin embargo, todo lo que sube tiene que bajar, y el decadente interés en el tebeo romántico obligó a la editorial a reducir el número de títulos, a hacer evolucionar a los personajes a un nuevo tipo de historias (Patsy y su inseparable amiga-enemiga Hedy Wolfe se graduaron, independizaron y buscaron trabajo) y, finalmente, a cancelar la serie de Patsy Walker en 1965. Pero… ¿qué ocurría en la editorial en 1965? Exacto, el universo Marvel ya funcionaba a pleno rendimiento, los superhéroes de la editorial representaban la vanguardia del género, y su editor, Stan Lee, que llevaba acompañando a Patsy prácticamente desde el principio, no dudaría en introducirla a este universo, aunque fuera a modo de cameo, en el célebre Annual #5 de los Cuatro Fantásticos en 1965, la boda de Reed Richards y Sue Storm.

Annual Fantastic Four #3 (1965) - Page 4

Hasta 1972 no veríamos a Patsy Walker realmente integrada en el universo Marvel, cuando tendría un papel relativamente importante en un arco de Amazing Adventures (#15-17) protagonizado por un Hank McCoy en pleno arrebato Jekyll/Hyde. Esto derivaría en su icónico cambio radical de hombre a Bestia peluda (de color negro, representada con brillos azules, hasta el punto de que los lectores asumieron que era azul), guardando Patsy el secreto de su identidad a cambio de un favor. En esta ocasión ya se hacía llamar Patsy Baxter, casada con su novio de toda la vida Robert ‘Buzz’ Baxter al volver éste de Vietnam, un tanto trastornado por la guerra.

Ambos hechos confluirían tres años más tarde en los Vengadores de Steve Englehart, cuando Patsy aparecería en la Mansión para cobrar su deuda con McCoy: conocer la vida superheroica de primera mano. Así, a finales de 1975 se uniría a los Vengadores en calidad de observadora y en su primer encuentro con villanos se enfrentarían a un Escuadrón Supremo comandado por su ahora ex-marido, el coronel Baxter. Tras escapar de sus garras, al fin caería en otras a comienzos de 1976: las del traje de la Gata, antigua identidad de Tigra, que en Avengers #144 pasaría a vestir Patsy Walker, conocida a partir de entonces como… ¡Gata Infernal!

Avengers #144 (1976) - Page 14

Por un brevísimo período de tiempo, la nueva Gata acompañaría a los Vengadores, pero llegado el momento de admitirla de pleno derecho, la enigmática Dragón Lunar alegaría falta de entrenamiento y se ofrecería a ser mentora de sus habilidades superheroicas en Titán, la luna de Saturno. Poco duraría ese entrenamiento ya que pronto sería enviada de vuelta para advertir al Doctor Extraño de un peligro inminente, hecho éste que la acabaría convirtiendo en miembro de los Defensores desde comienzos de 1977 hasta casi una década después.

En ese tiempo, no sólo su ex-marido Buzz se sometería a experimentos en Roxxon para adquirir superpoderes, lo cual derivaría en su transformación en el villano Perro Loco, sino que descubriría que su madre, mujer de la que huyó por la explotación de su vida llevada a cabo en, sí, tebeos románticos, ofreció aun demonio el alma de Patsy en su lecho de muerte para salvarse ella. También dentro de los Defensores conocería a Daimon Hellstrom, el Hijo de Satán, con el que, una vez liberado de sus poderes demoníacos, dispuesto a retirarse, Patsy se casaría y comerían perdices en San Francisco, reconvertidos en Hellstrom & Hellstrom: Investigación Paranormal. Éste sería el principio del fin de Patsy Walker: Daimon sucumbió de nuevo a su naturaleza infernal (en Hellstorm: Prince of Lies) y Patsy comenzó el descenso a la locura que la llevaría al suicidio (asistido por la entidad eutanásica Mortífero).

Hellstorm V1 #14 (1994) - Page 22

Por trágico y oscuro que fuera aquel relato, no fue el final definitivo de Patsy, ya que su alma acabó en el infierno, acompañada por Pájaro Burlón (#AskMeAboutMyResurrectionAgenda). Es importante este detalle porque, en una escaramuza por el reino de los vivos, plan del Segador mediante, Bobbi Morse advertiría a los Vengadores de un plan del ya villanesco Hellstrom. Así, Ojo de Halcón reuniría a sus Thunderbolts para una misión órfica: recobrar el alma de su esposa de las garras del infierno. Sin embargo, en aquel annual del año 2000 el demonio les volvería a engañar… Y es que el cuerpo que retornaría del averno con Clint Barton no sería el de Bobbi Morse, sino el de Patsy Walker, de vuelta al mundo de los vivos para entrar de lleno en el siglo XXI.

Y de aquel periplo por el averno, nuestra protagonista traería la capacidad demoníaca de invocar su traje de Gata Infernal a voluntad, una visión que le permitía detectar energías místicas, y una nueva actitud ante la vida tras reflexionar sobre sus experiencias vitales en una autobiografía. A su regreso descubriría que su clásica amiga-enemiga Hedy Wolfe se había hecho, en su ausencia, con los derechos sobre la marca «Patsy Walker» y transformado su pueblo natal en un parque temático dedicado a las historias de sus tebeos clásicos, en un ejercicio muy metanarrativo. Con ella se confesaría: su supuesta alegría era una máscara para hacer más tolerable su vida tras el infierno que había pasado, aunque acabaría sobreponiéndose y retomando su rol superheroico.

Hellcat #1 (of 3) (2000) - Page 7

Recobrado el ánimo, Patsy volvió al mundo de las mallas luchando contra Dormammu (alianza con Mefisto y los dioses de la muerte incluida), participó en una nueva etapa en los Defensores, fue incluida en el Acta de Registro de Superhéroes que dio pie a la Civil War, formando parte de la Iniciativa de los 50 Estados como representante de Alaska y, aunque redujo su actividad tras el Reinado Oscuro de Norman Osborn, volvió a caer en las garras de Hellstrom para salvar del cáncer a Estrella de Fuego.

En los últimos tiempos, su vida ha estado marcada por su amistad con Hulka, que la contrató como investigadora privada cuando Jennifer Walters decidió crear su propio bufete (unipersonal) de abogados en Brooklyn. Tendencias a darse a la bebida y problemas con el control de la ira aparte, Patsy Walker volvía a vivir una vida normal con un oficio, estabilidad y haciendo lo que le gustaba rodeada de amistades… Entonces cerró la serie de Hulka, su bufete entró en números rojos y Patsy tuvo que ser despedida. Y aquí es donde, al fin, comienza la obra que nos ocupa.

Patsy Walker V1 (2016) - Page 6

Dividida en tres arcos, la serie fue cancelada con el número #17, pero eso no impidió que Kate Leth y Brittney L. Williams contaran una historia completa que, al igual que la Pájaro Burlón de Chelsea Cain, abraza el pasado del personaje sin dejar de mirar hacia el futuro. Así, en paro y desahuciada del almacén en que malvivía, Patsy decide montar con nuevos y viejos amigos Súper Empleo, «la Agencia de Patsy Walker para héroes y otros amigos guays necesitados de trabajo». El objetivo de este INEM superheroico es, por un lado, ayudar a héroes y heroínas en situación precaria y, por otro, reformar a villanos que lo son únicamente por necesidad, contribuyendo a la comunidad y a particulares que puedan servirse de sus poderes. En otras palabras, funda unos Héroes de Alquiler… para mudanzas, demoliciones, investigación, o lo que surja.

Por el camino, Patsy construye un adorable elenco de secundarios, encabezados por su mejor amiga Hulka, cuya ausencia supondrá un punto de inflexión a mitad de la serie, y su nuevo compañero de piso casi-villano, Ian Soo (¡Telekinian!), que vivirá un romance con un viejo amigo de adolescencia de Patsy (que conocimos en aquellos tebeos de Patsy & Her Pals), Tom ‘Gordo’ Hale. Por el camino se irán uniendo al grupo otros personajes, pero este detalle de recuperar elementos del pasado clásico de nuestra adorable protagonista es parte integral del perfecto arranque de la serie.

Patsy Walker V1 (2016) - Page 18

La reunión de estos cuatro personajes se produce, entre otros incidentes, por el descubrimiento por parte de Patsy de que Hedy Wolfe, su vieja amiga que, recordemos, es la poseedora de todos los derechos de la marca Patsy Walker, ha roto su promesa de no reeditar los tebeos de su adolescencia. Como consecuencia, Patsy Walker vuelve a ser famosa gracias a (o por culpa de) esas viñetas que le traen recuerdos tan traumáticos, y ella aún no lo sabía porque es una negada para internet y la tecnología. De hecho, Hedy ha repartido los beneficios de estos cómics entre todos los secundarios que estaban basados en personas reales, entre ellos Tom… pero no con Patsy.

A partir de esta premisa, el primer arco («Locos por una gata» en España, renunciando al juego de palabras musical del original, «Hooked on a Feline») se desarrollará en dos frentes: la batalla legal por sus derechos de imagen, abogada verdosa mediante, y una trama secundaria que nos llevará al enfrentamiento con la primera villana de la serie. De nuevo, Leth opta por nutrir su serie canalizando el pasado del personaje, en este caso su larga estancia en los Defensores, para recuperar a la hechicera asgardiana Encantadora Casiolena, famosa por su complejo de inferioridad y, en la biografía de Gata Infernal, haberle jugado una mala pasada a la Valquiria en The Defenders #66-68 a finales de los 70.

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Escoger como antagonista a un personaje obscuro y ridículo que no tuvo vida más allá de aquel anecdótico incidente ya es una declaración de intenciones: el aspecto superheroico de la serie es secundario y lo que sus autoras están buscando es una especie de sitcom con la vida de Patsy Walker que, por su longevidad, está plagada de anécdotas y cuentas pendientes que vienen a meterle el dedo en el ojo a Patsy, a pesar de que ella siempre dice (casi como una broma recurrente) que no le gusta vivir en el pasado. Pero esta aventura, narrada íntegramente en flashback, junto con el estilo gráfico de Williams (claramente inspirado por el manga), marcará el futuro de la serie.

Y es que el plan de Casiolena consiste en reclutar a jovencitos confusos con poderes para construir un ejército que la engrandezca y reivindique como la más poderosa hechicera de Asgard y una villana peligrosa. En efecto, una vez derrotada por su propio patetismo, Patsy tendrá la idea de montar la agencia de superhéroes para ofrecer una oportunidad en la vida a ese pequeño grupo de jóvenes poderosos. Entre ellos destaca Bailey, nombre en clave Bandolera («Attaché» en el original), poseedora de un bolso mágico con otra dimensión de capacidad infinita en su interior en el que sólo ella puede poner orden.

Patsy Walker V2 (2016) - Page 28

El segundo arco, «Una gata imparable» (esta vez perdemos a Queen, «Don’t Stop Me-ow»), resulta mucho más disperso, obligado a tratar con las consecuencias de Civil War II, lo cual la lleva a que su primera mitad esté compuesta de capítulos autoconclusivos… con los que sus autoras se manejan de maravilla. En este caso, la trama de los derechos de Hedy Wolfe y su venganza se convierte en subtrama, primero con la aparición de Jessica Jones, contratada para buscar trapos sucios de Patsy, y segundo con el engaño para provocar un enfrentamiento doble contra sus ex, Perro Loco y Daimon Hellstrom. De este modo, no sólo se vuelve a homenajear al pasado con personajes de vuelta como son sus terribles intereses amorosos, sino que el segundo la volverá a confinar al infierno, al reino del demonio Belial.

Pero, si bien el evento Civil War II fue un fracaso (al menos en las valoraciones de crítica y público) plagado de innecesarios tie-in, el de Patsy Walker, aka. Hellcat! #8 no podía ser más relevante para su serie: al comienzo de la segunda guerra civil superheroica, Jennifer Walters, la verdosa mejor amiga de Patsy, quedó en coma tras enfrentarse a Thanos. Este número está dedicado a su reacción al conocer la noticia, rememorando momentos de su amistad, temiendo porque nunca puedan repetirse, y no podía ser más emotivo.

Patsy Walker #8 (2016) - Page 8

Quedando Hulka fuera de juego, el hueco en el elenco de secundarios lo rellenaría otra inquilina del 68 de Jay Street en Brooklyn, la joven mutante, madre soltera y vampiresa Júbilo. Como su propio nombre indica, su incorporación al grupo traerá de vuelta la alegría y el tono más ligero, siendo a menudo un brillante desahogo cómico, especialmente en lo relativo a su «condición capilar» y sus necesidades alimenticias. Su llegada coincidirá con el mencionado enfrentamiento con los exnovios malvados de Patsy (guiño a Scott Pilgrim incluido), pero el papel de Júbilo será más relevante en la segunda mitad del arco, prólogo al siguiente, donde descubriremos la imparable gata del título no era Patsy…

La villana principal de este segundo arco y comienzo del siguiente (aún por llegar a España, pero espero que no transformen el georgemichaeliano «Careless Whisker(s)» en «Bigotes descuidados»… o sí) es Felicia Hardy, la Gata Negra. Y alter ego felinos aparte, su efímera relación se remonta a la miniserie Marvel Divas en la que se produjo aquel nuevo viaje de Patsy al infierno para salvar del cáncer a Estrella de Fuego. En la actualidad, Felicia ha vuelto a la vida criminal con mucho éxito y en esta historia se hará con unas garras mágicas que, al contacto con la piel, doblegan la voluntad de la víctima, por lo que Patsy deberá enfrentarse a sus amigos… tras quedar atrapada en el bolso de Bailey.

Patsy Walker #13 (2017) - Page 1

Derrotada la Gata, la serie entraría en la recta final, tres números con un evidente aroma a cierre que reúnen a todos los personajes que han ido apareciendo por la cabecera con la excusa de celebrar todas las festividades que se han saltado. Y todo va bien hasta que Patsy comienza a sufrir las consecuencias de las aventuras vividas: tras su estancia en el infierno y en la dimensión alternativa del interior del bolso mágico ha contraído la gripe por estrés pandimensional. ¿El resultado? Estornudos cósmicos que alteran la realidad.

Por supuesto, lo absurdo de la propuesta da muchísimo juego a Leth y Williams para jugar con absolutamente toda la mitología de la serie, retorciendo personajes, traumas infantiles y el modo de vida de quienes rodean a la Gata Infernal, funcionando todo como el lazo definitivo entre el pasado y el presente de nuestra Patsy Walker. Y, como en toda buena sitcom desenfadada, todos los personajes alcanzan un final feliz (incluso su amiga-enemiga Hedy, de forma totalmente inesperada) en un fin de fiesta que deja el mejor de los sabores de boca sin olvidarse de ser emotivo (el tratamiento para la gripe de Patsy y los problemas que ocultaba son muy emocionantes), además de tremendamente divertido.

Patsy Walker #16 (2017) - Page 1

Probablemente pase mucho tiempo hasta que Patsy Walker vuelva a contar con serie propia, y eso es ciertamente triste para quienes hemos disfrutado tanto con el acercamiento de Leth y Williams (y Rachelle Rosenberg, que no quiero olvidarme de su acertada labor como colorista, especialmente en flashbacks o en experimentos como el retorno a escenarios de los cómics de los 50). Pero el hecho de haber podido encontrar una propuesta tan distinta al resto del catálogo Marvel, tan integradora e igualitaria de la forma más orgánica posible, tan abierta a tantos públicos, tan divertidamente estúpida, tan estúpidamente divertida, y que haya durado tantos números, es sin duda un tesoro a conservar.

Estoy seguro de que esta serie habrá abierto la puerta al mundo del cómic a muchos lectores y lectoras, como ya lo hiciera Patsy Walker hace más de 70 años. No dudéis en utilizarla para iniciar a niños y niñas en la lectura, que funcionará. Os lo juro: ¡aquí no hay gata encerrada!


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Patsy Walker, alias Gata Infernal
, Vols. 1-3

de Kate Leth, Brittney L. Williams y Rachelle Rosenberg
Marvel Comics / Panini Comics

Contenido:
Patsy Walker, a.k.a. Hellcat! #1-17 (2015-2017)

Rústica. ~136 páginas. 12.50€. Desde el 02/2017.


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