«Didn’t I make you feel like you were the only man? Yeah!
Didn’t I give you nearly everything that a woman possibly can?
Honey, you know I did!
And each time I tell myself that I… well, I think I’ve had enough
But I’m gonna show you, baby, that a woman can be tough!
I want you to come on, come on, come on, come on and take it
Take it! Take another little piece of my heart now, baby!»
—Janis Joplin, «Piece of my Heart»
Si alguna vez te han partido el corazón, seguro que has vivido ese momento en el que desearías olvidar el dolor, olvidar los buenos momentos pasados que se tornan irrepetibles al chocar con la realidad, olvidar cada sonrisa, cada gesto, cada abrazo, cada lágrima… Ese momento en el que desearías dejar absolutamente de sentir. Pero… ¿y si en ese instante apareciera una persona dispuesta a concederte tu deseo, renunciando a tu corazón para no volver a sufrir, para no volver a llorar, para no volver a sentir? La respuesta a esta pregunta es Descorazonada, de Kelly Thompson y Meredith McClaren.
En esta historia, Emma lleva dos semanas encerrada en su habitación desde que su novio le fue infiel. En un momento de desesperación, grita su deseo de no tener corazón… y alguien responde a su llamada. El trato es sencillo: en el mundo hay algunas personas que consideran que ya no necesitan su corazón y otras dispuestas a pagar por tener uno; para realizar esta transacción existen unos intermediarios mágicos como el que se aparecerá a la protagonista. Y así es como Emma encuentra una solución sencilla y definitiva para su problema…
…excepto que, efectivamente, la solución deja de ser sencilla y definitiva cuando da lugar a otros problemas, ya que somos sentimientos y tenemos seres humanos necesitamos la capacidad de sentir emociones para funcionar en el día a día. Frente a tal inhibición afectiva, pedirá que le devuelvan su corazón, pero este ya ha sido dividido y compartido. Y aquí es donde empieza realmente la aventura: el mágico intermediario (Bob, a partir de ahora, porque la alternativa suena demasiado ominosa para Emma) le devolverá el último pedazo restante y este le guiará hasta los otros seis, que deberá meter en una caja. ¿La trampa? Para recuperarlos, deberá extraer ella misma los corazones de sus cuerpos o los pedazos deberán ser entregados voluntariamente por sus nuevos portadores… sin que ella les informe de sus motivos.
Es decir, que nos encontramos, a priori, con la típica trama de protagonista realizando una búsqueda de objetos que, reunidos, le concederán el mágico poder ansiado, sólo que aplicada a la vida sentimental de una mujer rota de dolor por una relación fallida. Kelly Thompson, que es una guionista más que competente, organiza un entramado de personajes que llevarán a Emma a sendas reflexiones sobre diferentes aspectos de su vida, no sólo concernientes al amor. Igualmente interesante es el otro condicionante que se añade al recuperar cada fragmento: que ello supone revivir las emociones traumáticas por las que, precisamente, quiso deshacerse de su corazón en un principio, rubricando la mencionada reflexión.
Pero tampoco penséis que estamos ante una dramedia romántica indie al uso: este tebeo arranca con la protagonista incrustando un hacha en el cuello de un matón. Creo que este y el resto de detalles de la trama ya desgajados deberían ser suficientes para decidir si queréis leer el tebeo, al margen de lo que pueda añadir yo. No obstante, hay muchas virtudes (sobre todo por la parte del guión) y algún que otro defecto (principalmente por la parte del dibujo) que creo que merece la pena destacar.
En lo positivo, empecemos porque Thompson se ha hecho famosa, entre otras cosas, por ser una dialoguista genial, muy natural en la forma en que se presentan las conversaciones, pero también muy despierta y mordaz. Y eso lo podemos ver aquí en su desatado esplendor: la protagonista, en una fase decadente de su vida, es descarada, inconformista, considerada, autoconsciente… y un desastre. Pero lo lleva con toda la naturalidad del mundo, se siente humana, realista, algo completamente necesario para llevar este relato universal a buen puerto. El resto de secundarios, sin mayor importancia, quedan igualmente retratados y bien definidos por su forma de hablar, desde el enigmático «Bob» (y el running gag de sus apariciones repentinas) hasta la hija de uno de los portadores de una pieza de su corazón, que también cuenta con una de las mejores decisiones del guión.
Aunque el principal acierto de la propuesta de Thompson es conseguir que un planteamiento que, en principio, se plantea como un esquema manido y que puede fácilmente resultar repetitivo, no lo sea en ningún momento. Todo fluye, la problemática de conseguir cada fragmento del corazón de Emma es distinta en cada ocasión y sus soluciones varían de un caso a otro. Ni siquiera resulta predecible en su resolución, a pesar de que sí se llegue a un final, en cierto modo, esperado. La protagonista y los personajes a su alrededor no siempre toman la decisión más lógica, sino que, a menudo, se equivocan, o son inesperadamente consecuentes. En resumen, como ya decía, se comportan como humanos, y actúan o yerran como tales.
A esta humanidad contribuye, paradójicamente, el exagerado estilo de Meredith McClaren a los lápices, tremendamente elocuente si bien sus figuras optan por un expresionismo que no siempre funciona. Resulta especialmente confuso en los primeros planos o en las escenas que requieren de un dinamismo que no es capaz de implementar, siendo su punto fuerte las escenas más estáticas y expresivas (esas miradas…). Sin embargo, su composición de página es siempre efectiva, con muchos hallazgos que explotan a la perfección su técnica, y complementada con un acertadísimo empleo del color que redondea el conjunto.
La estructuración de la trama en sus siete partes, como las siete partes del corazón de Emma, o el propio diseño de la colección con esa reiteración de las portadas, simple pero funcional (se publicó inicialmente como siete entregas digitales en la web de la editorial Dark Horse), y la medición de los tiempos dramáticos marcada por esos esquemas de las piezas ya conseguidas… todo juega a favor de una historia que te agarra con su arranque in medias res, te conquista con la presentación de su protagonista, y ya no te suelta hasta que se resuelve el conflicto, sabiendo que has compartido un viaje de autoconocimiento con la protagonista. Al fin y al cabo, aunque en algún momento pueda parecernos lo contrario, un corazón no permanece roto para siempre. Así que… take another little piece of my heart now, baby!
Descorazonada,
de Kelly Thompson y Meredith McClaren
Grafito Editorial
Contenido:
Heart in a box #1-7 (Dark Horse Comics, 2015)
Tapa blanda. 160 páginas. 16€. Desde el 12/09/2019.
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28/01/2018 at 20:34
Si algún día vendes tu corazón o tu cerebro a ver si me puedo quedar con la parte que escribe las reseñas.
Tengo una curiosidad enorme por este tebeo que, además, no conocía de nada. Me vas a dejar en la ruina. Además quiero ver el resto de dibujos porque, por lo que has puesto, a mí de momento me parece perfecto. Es como un manga/cartoon raro que mola mucho.
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28/01/2018 at 21:07
El sonrojo habitual post-lectura de comentario de doña Tarsia… ¡Gracias por leerme, como siempre!
El tebeo no es muy conocido porque, como tampoco aspiro a grandes visitas, intento alternar alguna cosa conocida con algún descubrimiento que haya hecho recientemente. Como ando tan liado, necesitaba reseñar una obra cortita que me hubiera gustado mucho para que la reseña fluyera y no fuera exigente y… ha salido «Heart in a Box» porque es maravillosa. Además, su guionista acaba de firmar en exclusiva por Marvel así que, dentro de lo que cabe, estoy al filo de la actualidad (???). En cuanto al dibujo, sólo quería señalar ciertas inconsistencias y que, además, al lado del trabajado guión es claramente inferior… pero igualmente apropiado y con un trabajo genial del color. Alguna pega había que sacarle, ¿no? 😛
¡Ah, y gracias por más Janis! 😀
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