¿Nuez verdad, árbol de amor, / que en esta apartada orilla
más dura es la Chica Ardilla / y sin cáscaras mejor?
—José Zoardilla (Do Reen Greenoria, 1844)
Esta semana llegaba a las tiendas como cada mes la revista promocional de Panini Comics, Marvel Age #30, y entre las respuestas editoriales al correo lector encontrábamos una aciaga noticia: debido a unas ventas insuficientes se cancelaban los planes de continuar la publicación de La imbatible Chica Ardilla hasta nuevo aviso. Siendo, como soy, fan absoluto del personaje en general y de la etapa actual en particular, me veo en la obligación de agitar a las masas para salir… ¡al rescate de la Chica Ardilla!
¿Y quién es la Chica Ardilla? La adolescente Doreen Green, a pesar de su aspecto retro, debutó en la década de los 90. Lo hacía en invierno de 1991, en el número #8 de la cabecera Marvel Super-Heroes, una serie antológica que servía a la editorial Marvel como contenedor para esas historias que habitaban en cajones oscuros, destinadas al olvido. En este formato, al menos, podían rentabilizarlas de algún modo. ¿Por qué tenía, pues, ese look vintage la joven superheroína? La respuesta es Steve Ditko, a menudo referido como creador único de la criatura por estar acreditado como argumentista, dibujante y entintador de este debut. Sin embargo, el co-creador de Spiderman dio forma a una idea de Will Murray, quien señala que basó al personaje en una antigua novia que «leía cómics y le gustaban los bichos», y que la inspiración le llegó, cual Bruce Wayne, cuando una ardilla de las que rondaban su tejado entró por la ventana de su habitación.
En aquella historia, una Doreen de (casi) 15 años, inspirada por su héroe Iron Man, se presentó ante el Hombre de Hierro como la Chica Ardilla con la esperanza de que la aceptara como sidekick. Para hacerlo, se buscó un irresponsable enfrentamiento contra el Doctor Muerte, el auténtico, que los abduciría con una nave y los encerraría en una cámara mortal. Pero Muerte volaba bajo por Central Park para no ser detectado y Doreen aprovechó esa ventaja para, a través de un agujero de ventilación, llamar a sus compañeras, las ardillas, lideradas por su fiel Monkey Joe, que invadieron la nave y…
…Victor von Muerte acabaría rindiéndose, superado, y la Chica Ardilla y el Vengador Dorado se liberarían de su prisión a tiempo. Se establecían así dos de los rasgos definitorios de Doreen Green: buscar la solución a los problemas superheroicos usando su inteligencia, por medios alternativos a los puñetazos y las gestas de fuerza; y derrotar sin problemas a los más temibles y poderosos villanos del Universo Marvel (volveremos sobre esto último). Comenzaba así la leyenda de la Imbatible Chica Ardilla.
Doreen era joven, alocada, autoconsciente, víctima de bullying en el instituto… pero tenía cola, unos incisivos afilados (y una garra retráctil de hueso de la que nunca más se supo) y se refería a sí misma como una ardilla. Ella se consideraba mutante y, si bien su cuerpo había experimentado mutaciones, ciertamente, años después se aclararía que no era poseedora del gen-X. Sin embargo, nada de esto fue suficiente (o quizá fue demasiado) para persuadir a Tony Stark de que la acogiera como adlátere, emplazándola, al principio, a unirse a la Patrulla-X o a contactar con el Capitán América para un puesto de Vengadora en la reserva y, al final de la historia, a seguir estudiando.

Y si Tony Stark no la tomó muy en serio en aquella época, menos lo hicieron los lectores y editores, que en años sucesivos la convirtieron en una broma recurrente sobre personajes creados a partir de conceptos absurdos. Claro, porque un Hombre Araña o un Hombre Murciélago no son nada ridículos… Y así quedaría durante algo más de una década (más allá de una horrible-horrible carta coleccionable hipersexualizada) hasta que, en 2004, el guionista Dan Slott, en plena decadencia vengadora tras la catástrofe de «Vengadores Desunidos», se encargó de recuperar una creación casi paródica de John Byrne de finales de los 80: los Vengadores de los Grandes Lagos.
Presentados en sus Vengadores de la Costa Oeste, este grupo se inspiró en los Vengadores oficiales, aunque adoptando nombres un tanto ridículos derivados de poderes cuestionables y decidiendo que, si ya había unos en la Costa Este y otros en la Costa Oeste y «como no hay costa en el norte…» (en palabras del Hombre Plano, un Reed Richards en dos dimensiones), se quedaron en el interior, con la región de los Grandes Lagos, que abarca ocho estados y linda con Canadá. Liderados por el desequilibrado Míster Inmortal y financiados por la supermodelo Ashley Crawford, alias Gran Berta, los VGL nunca obtuvieron realmente el beneplácito para utilizar la marca Vengadores, pero siempre fueron tan irrelevantes que a todo el mundo le dio igual… hasta la llegada de Dan Slott.
Con los Vengadores oficiales fuera de juego, los VGL vieron el campo abonado para llenar ese vacío y obtener el reconocimiento que se les había negado, por lo que salieron al encuentro de un poderoso supervillano (de tercera), Maelstrom, que acabó con la muerte de uno de sus miembros. Una vez recuperados del golpe, entendieron que había llegado el momento de reclutar nuevos miembros para ser más poderosos y comenzaron la búsqueda menos fructífera de la historia, con rechazo tras rechazo… y entonces llegó ella, la Chica Ardilla, la única superheroína realmente poderosa y eficaz que pasaría por el grupo.
Como es evidente, el tono de esta miniserie de apenas 4 números abrazaba por completo los conceptos superheroicos más ridículos del universo Marvel y los reivindicaba a través de un filtro tragicómico. Tanto es así que en cada número moría un integrante del grupo (aparte de Míster Inmortal, que moría y resucitaba constantemente; tal es su único superpoder), incluido el pobre Monkey Joe, la fiel ardilla que rompía puntualmente la cuarta pared para hacer comentarios sobre lo que estaba ocurriendo. La resolución de la amenaza, que realmente estuvo a punto de destruir la realidad tal y como la conocemos, llegaría de la mano de esa misma tragicomedia y marcaría también a Doreen, consiguiendo a su nueva sidekick ardilla: la maravillosa Patitas (Tippy-Toe) que aún hoy la acompaña.

El destino de Doreen quedaría ligado a los Vengadores de los Grandes Lagos en lo sucesivo hasta la Edad Heroica, el período optimista que siguió al Reinado Oscuro de Norman Osborn. A lo largo de esos años, la adolescente Doreen Green pasaría (de puntillas) por diferentes etapas clave del universo Marvel, derrotando a numerosos enemigos (incluido Thanos, el auténtico), casi siempre ligada a Dan Slott. En su breve etapa en la serie de La Cosa, la Chica Ardilla ayudaría a Ben Grimm a derrotar al poderoso enemigo de Hulk conocido como la Bibestia, con dos cabezas, dos bocas llenas de dientes y… dos narices. Efectivamente, Doreen derrotó a la Bibestia haciendo que las ardillas de Nueva York trajeran toda la basura que pudieran encontrar, provocando que el hedor fuera insoportable para el villano y que Ben Grimm diera el golpe de gracia. En aquel número también se lavaba el cerebro hasta 2 veces a Míster Inmortal, que había rebautizado a los VGL como la Patrulla-X de los Grandes Lagos para evitar pagar derechos y, Rachel Grey mediante, pasó a Defensores de los Grandes Lagos y, Doctor Extraño mediante, a Campeones de los Grandes Lagos.
El otro guionista que la escribió más de una vez fue Fabian Nicieza, quien narró el primer beso de Doreen, nada menos que con su ídolo Bola Veloz, o desde aquella vez que Masacre se acercó a los VGL. Contra el Mercenario Bocazas ya se habían enfrentado puntualmente en los años 90, pero sería a partir de Civil War cuando acabarían más unidos. Concretamente, desde que Wade trató de arrestarlos por no haber hecho caso al Acta de Registro Superhumano… cuando acababan de registrarse: la Iniciativa de los Grandes Lagos. Durante la Invasión Secreta regresó el Vengador de los Grandes Lagos con el récord de más corta permanencia en un grupo superheroico… después de morir en la miniserie de Slott a los 5.8 segundos de unirse (gracias por el dato, Monkey Joe). Y al llegar la mentada Edad Heroica, tras derrotar ella sola al milenario dragón Fin Fang Foom, la Chica Ardilla decidió abandonar a los VGL porque creía que les estaba eclipsando y ellos se merecían algo mejor.

De vuelta a Nueva York, Doreen pasó a manos de Brian Michael Bendis en su segunda etapa al frente de los Nuevos Vengadores, pero no como miembro del equipo inicialmente, sino como… la niñera de la hija de Jessica Jones y Luke Cage. Y uno podría pensar que esto es rebajar su potencial efecto en el universo Marvel, pero teniendo en cuenta que Danielle Cage, en el futuro de una realidad alternativa, se convertirá en la Capitana América, seguro que Doreen fue una gran inspiración para ella (porque lo digo yo). Dejando a un lado que Bendis no se aclaraba con la edad de Doreen, que aún no había cumplido los 18 años y el guionista estableció que ella y Lobezno tuvieron algún tipo de relación en el pasado (el mismo año en que Jason Aaron la incluyó entre las fantasías sexuales de Lobezno… sí, no fue un buen año para ser fan fatal de la Chica Ardilla), Doreen Green ya estaba próxima al primer equipo vengador.
Y aunque fuera en calidad de cuidadora de un bebé, cuando llegó Miedo Encarnado salió la Imbatible Chica Ardilla que lleva dentro para enfrentarse a los mechas nazis de Cráneo Rojo y su hija Pecado… y para hacer que Logan mordiese el polvo. Así, Doreen formaría parte de los Vengadores hasta el final de la etapa de Bendis en 2013 y permanecería prácticamente desaparecida hasta un año después, cuando se anunció que, por primera vez en su historia, tendría una serie regular con su propio nombre: La imbatible Chica Ardilla, de Erica Henderson y Ryan North, que es la etapa que nos trae aquí.
Bendis ya había empezado llevado a Doreen a la universidad, si bien nunca explotó ese escenario en las pocas apariciones de la Chica Ardilla en sus Nuevos Vengadores. Henderson y North plantearon en 2015 su serie regular en torno a la compaginación de sus labores superheroicas con sus estudios de informática, para disgusto de Patitas, que no entendía por qué no iba a estudiar a las ardillas: «Patitas, la educación superior sirve para avanzar en el conocimiento, y yo ya lo sé literalmente todo sobre las ardillas. Soy la Chica Ardilla. No soy la Chica Creadora de Consistencia entre Bases de Datos Distribuidas. Bueno… aún no». Y como si de una nueva Peter Parker se tratara, ahí quedaba su constante lucha entre no perderse clases y no perder su identidad secreta.
El primer volumen de estos autores duraría 8 números por cuya continuidad nadie parecía apostar… hasta que se descubrió que La imbatible Chica Ardilla, junto con Ms. Marvel y, posteriormente, Moon Girl y el Dinosaurio Diabólico habían encontrado su nicho de mercado en las librerías no especializadas y en las tiendas digitales. El público estaba creciendo y Doreen Green contó con un nuevo volumen también en 2015, tras el fin del mundo provocado por las Secret Wars, y es el que sigue en marcha en la actualidad, con más de 30 entregas adicionales.
Además, coincidió con este regreso su incorporación a los Nuevos Vengadores de Al Ewing, liderados por Roberto DaCosta, alias Mancha Solar, que más tarde pasarían a ser propiedad gubernamental a través de S.H.I.E.L.D. como los Vengadores U.S.A., con uniformes patrióticos que enseguida se ocuparían de desterrar cuando se revelaron las maniobras del Capitán América en Imperio Secreto. La Chica Ardilla volvía así a las primeras filas del universo Marvel, sin que su serie propia se detuviera…
…salvo en España, donde, como decíamos al comienzo del artículo, su publicación ha entrado en hiato tras la publicación de los 8 números del volumen inicial, los 11 primeros del segundo volumen y una novela gráfica, todos ellos guionizados por Ryan North y (casi todos) dibujados por Erica Henderson con color de Rico Renzi. Dicho de otro modo, a españa apenas ha llegado la mitad de las nuevas aventuras de la Chica Ardilla y, paradójicamente, esto ha alegrado a unos pocos que gustan de hacer burla del personaje, como si siguieran viviendo en los 90, cuando eran jóvenes. Es por esto que resulta necesario reivindicar una etapa definitoria y de gran calidad cuyo público no parece haberla encontrado por estos lares.
Cuando North y Henderson plantearon el escenario universitario fue un acierto por partidad doble: la voluntad de los autores de crear una serie juvenil y, a través de ella, una imagen atractiva de las Personas Que Estudian (ya hablaremos de la aplicabilidad de los conocimientos informáticos y de cálculo de Doreen a la hora de enfrentarse a sus enemigos); y el terreno abonado para generar un nuevo elenco creciente de secundarios que, de un modo u otro, van a marcar el día a día de la Chica Ardilla. Desde su maniática compañera de habitación Nancy (y su inseparable Miau) hasta su interés amoroso Tomás, que resulta ser otro superhéroe aficionado de temática roedora como Ardilla Tiocañón, con su propio sidekick, el Chico Carpa. Sí, aquí hay aroma a la entrañable ridiculez de los Vengadores de los Grandes Lagos.
El primer volumen de la serie, titulado en España «Poder Ardilla», se dedicaba a establecer el nuevo status quo de Doreen, mientras se enfrentaba a sus enemigos a ritmo de una reimaginación de la clásica canción del Spiderman televisivo de los 60. De hecho, en otro guiño más a sus paralelismos con Peter Parker, el primer enemigo al que se enfrentaría la Chica Ardilla en esta serie sería Kraven el Cazador, despachado con inteligencia, y presentándonos el chiste recurrente de las cartas de la Guía de Supervillanos de Masacre, chiste recuperado de las cartas coleccionables de la década anterior cuando ella pertenecía a los VGL.
Tras una breve aventura tratando de conseguir una armadura de Tony Stark, guiño incluido a su primer encuentro en el origen de la Chica Ardilla, y un traje hecho de ardillas, Doreen y Patitas viajarían al espacio para enfrentarse al mismísimo Galactus, el Devorador de Mundos, y salir victoriosas, una vez más. Pero siempre empleando su inteligencia, reincidiendo en que la violencia superheroica no es la solución a los problemas. Aunque no era esto lo que empezaba a destacar en el primer volumen, sino las peculiaridades narrativas con las que sus autores querían jugar, pese a parecer, como decíamos, un tebeo juvenil.
Con la excusa de un bottle episode en el que unos civiles quedan aislados en la cabeza de la Estatua de la Libertad mientras fuera se desarrolla una batalla superheroica en la que Doreen participa, la gente allí presente se dedicará a narrar sus primeros encuentros con la Chica Ardilla. Así, se nos presentaban una serie de relatos breves que hacían referencia a diferentes épocas del pasado de la protagonista… sin que ninguna de ellas fuera cierta, alimentadas por el boca-a-oreja y la tendencia a la exageración de algunas personas al narrar anécdotas de interés. Desde las páginas amarillentas del tebeo pulp hasta la acción superheroica de las Secret Wars originales, pasando por las tiras cómicas de periódico, o incluso el estoicismo violento del Batman de Frank Miller, Henderson realiza una serie de experimentos formales, adaptando su estilo a esas narraciones, que son dignos de aplauso.
Finalmente, la Chica Ardilla conectaría con el resto de los Vengadores para un gran final de arco en el que se enfrentaría a un ser de la mitología nórdica, un monstruo para el cual pediría ayuda a ambos Thor, una criatura infernal… una ardilla. Sí, sé cómo suena esto. Otra tontería. Excepto que pertenece realmente a la mitología nórdica: Ratatöskr, el monstruoso dios ardilla que recorría todo el árbol del mundo Yggdrasil, provocando al águila de la copa y al dragón Nidhogg de las raíces, hasta que llegara el Ragnarok. En el caso de este cómic, volvería a las ardillas violentas, incluso contra Doreen, y todo debería resolverse en un viaje a Asgard, donde Henderson volvería a dar rienda suelta a sus capacidades artísticas, animada por un trabajo brillante de Renzi al color.
Unos pocos meses después la serie era relanzada, ya con la Chica Ardilla consolidada y respetada entre sus compañeras y compañeros superheroicos, formando parte de un equipo vengador y… con la visita de su madre, que será tan embarazosa para Doreen como divertida para todos los demás. Y es que, al contrario de lo que ocurre con otros héroes con identidades secretas, su madre conoce las actividades de Doreen… y es su mayor fan (además de la conocedora de sus más oscuros secretos).
En este segundo volumen, del cual sólo nos han llegado a España «Ahora sí que me tienes» y «Yo besé a una ardilla y me gustó», parece evidente que Henderson y North habían recibido carta blanca absoluta para hacer lo que quisieran con la Chica Ardilla y las locuras se sucedieron. Desde cerebros robóticos de Hydra reconvertidos en aliados, hasta viajes en el tiempo a los años 60 (a los comienzos del universo Marvel como lo conocemos, vaya) causado por su villano primigenio, el Doctor Muerte, pasando por la Vieja Chica Ardilla (si Lobezno puede, ¿por qué ella no?), o un crossover con Howard el Pato. Absolutamente todo cabe en la vida de Doreen Green.
…y entonces los autores buscan superarse a sí mismos. Del mismo modo que el Estela Plateada de Dan Slott y Mike Allred trató de experimentar con la narrativa del medio en aquel número #11 que era una cinta de Moebius hecha viñetas, Henderson y North apostaron por una historieta narrada íntegramente como un libro de Elige tu propia aventura, que te llevaba a diferentes finales y, como en la saga original de libros, muchos de los caminos llevaban inevitablemente a la muerte de Doreen. Como, por ejemplo, estudiar Cálculo durante demasiado tiempo…
Por supuesto, también habrá espacio para el amor, y un número entero dedicado a que Doreen sea capaz de crearse un perfil en una red de contactos e ir a numerosas y catastróficas citas a las que acudirá un desternillante número de villanos de tercera fila interesados en ella… y uno que acabará enamorado y encarnará todo el señorismo en torno al rechazo: el Hombre Topo, señor de las profundidades y de la mayoría de monstruos que allí habitan.
Liberado de sus garras, llegamos al último episodio publicado en España, sin tener en cuenta la divertida novela gráfica que no destriparé, pero que incluye toda una serie de pasatiempos relacionados con una historia en la que Doreen acaba duplicada entre su lado bueno y su lado malo. El final del tercer tomo, con el primer dibujante invitado, Jacob Chabot, que se ocupa de un número completo (¿es o no es digna de aplauso la dedicación de Henderson tras dibujar casi todas las páginas de los 18 números anteriores además de la novela?), para el cual plantean una premisa sencilla: todo transcurre en un sueño de la Chica Ardilla, que está siendo atacada por el villano Pesadilla. ¡Y al fin podrá poner en práctica esos estudios de la carrera de Informática que le llevaron a la muerte unas notas estupendas para acabar con sus enemigos!
Y tras aprender a contar hasta 31 con una sola mano empleando código binario, llevado a la página con un dibujo igual de expresivo que el de Henderson, pero más preciosista en el caso de Chabot, las aventuras de Doreen dejaron de publicarse en España con este tomo que en menos de un mes cumplirá un año. La última noticia es que, de momento, no habrá más, a pesar de que en Estados Unidos ya se han publicado dos novelas originales, más allá de los tebeos; a pesar de que la Chica Ardilla vaya a ser una de las caras visibles de Marvel Rising: Secret Warriors, una película animada de marvel; y a pesar de que Doreen Green vaya a liderar a los New Warriors en una serie de televisión de acción real que debería estrenarse antes de que acabe el año.
Por un futuro con más chicas y más ardillas, pero sobre todo con más Chica Ardilla, recomiendo fervientemente la lectura de una serie que recupera el espíritu original, inocente y divertido de las aventuras de El asombroso Spiderman, pero con un sabor posmoderno.
¡Atrévete a acercarte a las aventuras de La Imbatible Chica Ardilla!
La imbatible Chica Ardilla, Vols. 1-3 + OGN,
de Ryan North, Erica Henderson y Rico Renzi
Marvel Comics / Panini Comics
Contenido:
The Unbeatable Squirrel Girl #1-8 (2015)
The Unbeatable Squirrel Girl #1-11 (2015-2016)
Tapa blanda. 120-184 páginas. 11.50-16.50€.
Desde el 19/02/2016..
Si te gusta lo que hago, puedes invitarme a un café:
11/06/2018 at 17:46
Luego se meten conmigo por usar a Mímico de alias y avatar… En fin, a ver si montas un artículo igual para reclamar a Panini que publique el Club-X de Spurrier, anda….
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11/06/2018 at 18:02
¡Apunto la idea! Gracias, mutante del que nadie se acuerda.
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