#Reseñoviembre es una iniciativa que imita al reto de los artistas del #Inktober, pero desde el reseñismo y la divulgación, ofreciendo 30 reseñas en los 30 días del mes de noviembre, a menudo partiendo de unas palabras-estímulo comunes a todos los participantes.
Estímulo: CASTILLO
Obra: Érase una vez dos princesas, de Kay O’Neill
Motivo: En los cuentos medievales, las princesas tienen tendencia a estar atrapadas en torreones, encerradas por villanos y hechiceras, y siendo rescatadas por caballeros. Aquí es una princesa la que rescata a otra para llevarla de vuelta a su castillo.
«…Y en lo más alto de la más alta torre estaba encerrada la princesa». Hace ya varios siglos que los libros de caballerías no son el mainstream literario que llegaron a ser tras la invención de la imprenta, pero no por ello han perdido relevancia, siendo uno de los géneros más rescatados y homenajeados. Los tópicos del caballero andante que acude, lanza en ristre, a desfacer entuertos y hacer justicia, liberando damiselas y matando dragones, permanecen en el imaginario colectivo y han sido parodiados desde antes de que cierto hombre de La Mancha emprendiera su primer viaje. No obstante, la subversión de esos elementos tópicos no se ha limitado a la parodia, sino que ha sido abrazada en varias ocasiones por la posmodernidad a modo de reivindicación o puesta en valor de nuevas perspectivas. Éste es el caso de Érase una vez dos princesas.
Sadie es una princesa aparentemente canónica, encerrada en una torre por una hechicera ansiosa de poder. Muchos príncipes han intentado rescatarla, fracasando estrepitosamente. Entonces llegó Amira, una valiente princesa de lejanas tierras, cabalgando sobre su poderoso unicornio Celeste, y todo cambió. Juntas emprenderán el camino de vuelta a casa, viviendo peripecias que involucran a un príncipe cobarde y a un ogro con inquietudes artísticas mientras se enfrentan a la malvada captora.
¿Por qué una mujer ocupando el rol del heroico rescatador? Bueno, ¿y por qué no? El personaje de Amira tiene sus propios motivos para escoger el camino del héroe y, en última instancia, es lo que lleva a Sadie a aceptar su destino, cargando ella misma con sus propios fantasmas (literales y figurados) relacionados con su identidad y su autoestima. Habrá quien vea una agenda ideológica detrás de esto, y hará bien en verla, pero es una que actúa en positivo, desde la representación. Es por esto que la obra es tan recomendable para lectora y lectores infantiles.
Dejando a un lado la reubicación de roles y las reflexiones sobre los caminos identitarios que queremos tomar en nuestra juventud, Érase una vez dos princesas es un divertimento colorido y cumplidor, sostenido por los pilares de la fantasía y el humor. «Bonito» es un adjetivo que suele evitarse en las reseñas, por ser un calificativo plenamente subjetivo, pero hay ocasiones en las que la palabra revolotea durante toda la lectura. Éste es el caso de esta y del resto de obras de la bibliografía de su autora, Kay O’Neill, cuya La sociedad de los dragones del té (que también ha llegado a España de la mano de La Cúpula) es, indudablemente, uno de los tebeos más bonitos publicados este año. Obras que crean afición al medio desde la tierna infancia.
Érase una vez dos princesas,
de Kay O’Neill
La Cúpula / Brúfalo Lector
Contenido:
Princess Princess Ever After (Oni Press, 2016)
Cartoné. 64 páginas. 14.90€.
Desde el 25/11/2019.
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15/11/2018 at 11:56
¡Apuntada la recomendación para posible regalo a la mayor!
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16/11/2018 at 00:13
Ideal recomendación para infantes.
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