«Thor Odin’s son, protector of mankind,
Rise to meet your fate, Ragnarök awaits…»
―Amon Amarth, Twilight of the Thunder God (2008)
Ya es costumbre que cada verano Marvel Comics organice un gran crossover que implique a la mayor cantidad posible de personajes de sus tebeos en un evento de proporciones épicas donde todo cambia para que todo sea lo mismo. La Guerra de los Reinos, el próximo evento Marvel, es el acto final de la etapa del guionista Jason Aaron al frente de las diferentes cabeceras de Thor, el Dios del Trueno.
Lo que viene a continuación es un análisis en profundidad de lo que ha dado de sí la etapa, desde sus orígenes allá por 2012 en pleno relanzamiento masivo Marvel NOW!, hasta los últimos números de la serie Thor antes de la publicación del primer número del evento. Es decir, que este artículo contiene spoilers de gran importancia, así que, si planeas leer en el futuro esta etapa sin conocer los giros y detalles, te invito a que vuelvas entonces (y aquí tienes una guía de lectura completa de los 7 años de publicación). Si, por el contrario, buscas un resumen de lo ocurrido hasta ahora para zambullirte en el evento con toda la información, estás en el lugar indicado (y aquí tienes otra guía de lectura, la del orden cronológico de lectura del evento y sus tie-in).
Sabiendo esto, si has decidido continuar leyendo, coge el paraguas, una rebequita para el frío de Jotunheim o un abanico para las llamas del Muspel, y prepárate para la guerra.
¡Ya se oyen los truenos!
ANTES DE LA TORMENTA
En un principio sólo había oscuridad…
En noviembre de 2012 debutaba en Estados Unidos la serie Thor: God of Thunder con Jason Aaron a los guiones, Esad Ribic al dibujo y un Dean White que presentaría la paleta de colores de la serie, pero que enseguida daría paso a Ive Svorcina como colorista principal de Ribic en años venideros. La cabecera se presentaría con un arco extenso ambientado en tres momentos de la vida del Dios del Trueno marvelita: su impulsiva juventud antes de ser digno del martillo Mjöllnir, su noble presente como Vengador de pleno derecho, y su postapocalíptico futuro como Padre de Todos en las ruinas de Asgard. Sin embargo, en todos ellos el enemigo sería el mismo: el persistente Gorr, Carnicero de los Dioses, un asesino en eterna cruzada contra la infame divinidad de incontables mundos.
La postura de Gorr era sencilla: haber nacido poderosos no otorgaba ningún tipo de superioridad, moral o de otro tipo, a esas criaturas que gustaban de ser adoradas y que vivían a costa de quienes no fueron tan afortunados en su árbol genealógico. En otras palabras, los dioses no eran dignos. Y la casualidad quiso que la batalla en el cielo entre dos dioses que se mataron mutuamente le otorgara a Gorr una herramienta para su venganza contra aquellos que le habían robado la posibilidad de una vida digna: Todo-Negra, la Necroespada, la Asesina de Dioses (que años más tarde se revelaría como una extensión de Knull, el Dios de los Simbiontes, forjada en el interior de un Celestial asesinado). Y sólo Thor escapó a sus embestidas, mientras llovían cadáveres divinos por todo el universo.
Con la alianza de los tres Thor, el pasado, el presente y el futuro, Gorr fue derrotado para siempre… si bien su postura ideológica quedaría grabada en el Dios del Trueno por mucho tiempo, cuestionando su propio papel como héroe de la divinidad. Aunque estas diatribas serían rápidamente interrumpidas por una amenaza más inmediata: la fuga del elfo oscuro Malekith de la prisión infernal de Niffelheim y la masacre que lleva a cabo en su reino de Svartalfheim para ascender al trono. Dado el carácter político de la situación, el Congreso de los Mundos acordará la creación de un grupo de élite que los represente a todos en el conflicto.
Así, bajo los lápices de Ron Garney (y asistencia de Emanuela Lupacchino) nace la Liga de los Reinos, con Thor a la cabeza en representación de Asgard; Sir Marfil Tiro de Miel, por los Elfos de la Luz de Alfheim; Barbatorcida, por los Enanos de la Dinamita de Nidavellir; Oggmunder Dragglevladd Vinnsuvius XVII (Oggy, para los amigos), por la tribu Trancolargo de los Gigantes de las Montañas de Jotunheim; Ud el Troll, por los Trolls de las Rocas (sin reino conocido); y Lady Waziria, de los Elfos Oscuros exiliados de Svartalfheim (y miembro voluntaria, tras ser mutilada por el Maldito). Y en su primera misión, escoltar a la reina elfa oscura a un lugar seguro tras verse obligada a refugiarse en las tierras de los enanos, fracasarán al llegar tarde y comprobar que Malekith ya la ha decapitado y acabado con su escolta.
De este modo, da comienzo una persecución a través de los Nueve Reinos en los que algunos miembros de la Liga caerán, y Malekith revelará algunas cartas que se mantendrán años en el tiempo, como su alianza con los Gigantes de la Escarcha de Jotunheim, a quienes les hizo una oferta que no podían rechazar: la futura resurrección de Laufey, líder de los Gigantes y padre de Loki. Siempre un paso por detrás, la Liga de los Reinos vivirá tensiones internas tras perder a Oggy, pero descubierto al traidor del grupo, tenderán una trampa a Malekith frente a la que caerá derrotado… relativamente.
Y es que la extraña configuración política de Svartalfheim acabará convirtiendo al Maldito en rey y, por tanto, líder intocable por una agrupación diplomática como es la Liga de los Reinos. Así pues, Lady Waziria se ofrecerá a tomar el lugar del condenado en la prisión de Niffelheim para garantizar la paz entre sus compatriotas y, sin embargo, en una (poco) velada analogía con la Alemania de los años 30 del siglo XX, el Congreso de los Mundos mirará para otro lado frente a las pequeñas conquistas de Malekith. El elfo continuará así con sus maquinaciones y alianzas ocultas, entre las que añadirá pronto a la Reina del Fuego de Muspelheim.
Pero aún quedaba por presentar al otro gran villano de la etapa de Jason Aaron que, aunque apareciera en este primer acto de su extensa saga, marcaría las siguientes y se convertiría en otro de los aliados decisivos del Eje de Malekith: Dario Agger, CEO de la Corporación Energética Roxxon y uno de los mayores promotores del calentamiento global. De hecho, este tercer y último arco de Thor: God of Thunder, con el retorno y despedida de Esad Ribic en el apartado gráfico, tomaría un trasfondo ecologista en el que se recuperaba al Thor futuro enfrentándose al intento final de Galactus de consumir la Tierra. Derrotado y perdido en el espacio, el Viejo Thor se toparía con la Necroespada y, poseído por ella, retornaría para enfrentarse al Devorador de Mundos. El arma, aparentemente destruida en la batalla tras humillar Thor a Galactus, acabaría manifestándose en el titán transformándolo finalmente en el Carnicero de Mundos… aunque esa es otra historia.
Entretanto, la Tierra peligraría en el presente por la explotación de los casquetes polares por parte de Roxxon para vender agua potable a países que lo necesitasen. Sin embargo, para enfrentarse a un dios mitológico parecía necesario recurrir a criaturas mitológicas, provocando así la improbable alianza de Dario Agger con Ulik el Troll, a quien consultará para explotar otros reinos, pero quien ya ha escuchado susurros de una incipiente guerra en los Nueve Reinos. La intervención de Thor, que detendrá definitivamente sus planes, provocará la ira de su CEO, quien, en la intimidad, se revelará como… un monstruoso minotauro devorador de carne humana.
En este mismo arco se presentó a la que también sería la secundaria recurrente de la siguiente etapa, Roz Solomon, agente de S.H.I.E.L.D. en su división medioambiental. Y, si bien en un principio parecía que iba a ser un mero interés romántico para el protagonista, el personaje acabaría convirtiéndose en uno de los mayores aciertos de Jason Aaron, desde el momento en que Solomon toma un giro violento, obligada por las circunstancias: rodeada de las huestes de Ulik bajo el pueblo de Broxton, ella sola protagonizará una masacre de trolls que la marcará de por vida, siendo ésta la primera vez en su vida que ejecutaba a alguien. Pero no serán ella o Agger los únicos puentes entre este primer acto de la era Aaron y el siguiente.
En Thor: God of Thunder #25, el último número de la etapa antes de relanzarse, asistíamos a una reunión informal de las nietas futuras de Thor, revolviendo entre lecturas del pasado. Así nos presentará Aaron, junto a R. M. Guéra y Giulia Brusco, el origen de Malekith como superviviente de una guerra atroz y de una familia igualmente horrible. De este modo, comprendemos su necesidad de un mundo en conflicto permanente para tener una razón de ser, algo que llevará al extremo, en palabras de las Hijas del Trueno, en la Guerra de los Reinos, donde el Árbol del Mundo arderá y su abuelo realizará un gran sacrificio. Por otra parte, un relato del joven Thor ilustrado por Simon Bisley nos revelará que la calavera de Laufey, el codiciado rey de los Gigantes de la Escarcha, yace en las profundidades marinas. Sin embargo, algo de mayor relevancia ocurrió entre un volumen y otro de la serie, representado por Ribic en la página final…
Thor: Dios del Trueno,
de Jason Aaron, Esad Ribic, Ive Svorcina, et al.
Marvel Comics / Panini Cómics
Contenido:
Thor: God of Thunder #1-25 (2012-2014)
Cartoné. 304 / 320 páginas. 28.95€ / 32.00€
Desde el 19/04/2018 y el 17/10/2019.
INTERLUDIO #1
Un susurro atronador
Pecado Original, el evento veraniego Marvel de 2014, era, a priori, un whodunit destinado a introducir giros sorprendentes derivados del misterioso asesinato de Uatu, el Vigilante, cuyos ojos fueron robados y su explosión provocó el desvelamiento de grandes secretos del universo superheroico. En el caso de Thor, parecía que la única consecuencia derivada del evento iba a ser la revelación de que existía un Décimo Reino, Heven, donde habitan las ángeles mercenarias, entre las que se encuentra Ángela… hija de Odín. Aaron, aliado con Al Ewing a los guiones y Simone Bianchi en el apartado artístico, desarrollarían una miniserie en la que Thor y Loki iban en busca de su hermana oculta, justificando así la incorporación al universo Marvel del personaje creado por Neil Gaiman, quien recuperó los derechos sobre ella de Todd MacFarlane y se los vendió a Marvel (para fastidiarle).
No obstante, Aaron se guardaba un as en la manga y, en la miniserie central del evento, que él escribía y Mike Deodato Jr. ilustraba con color de Frank Martin, soltó la bomba. De boca de un anciano Nick Furia, poseedor ya de todos los secretos del universo Marvel, llegaría al oído de Thor un susurro, apenas tres palabras, que desarmarían al Dios del Trueno. Literalmente. El hijo de Odín jamás abandonó aquel escenario, la base en el Área Azul de la Luna, portando de nuevo el martillo Mjöllnir, del cual se había tornado indigno portador y lo sería durante varios años. Marchaba así, derrotado, Odinson, el Indigno Thor.
Pecado Original,
de Jason Aaron, Mike Deodato y Frank Martin
Marvel Comics / Panini Cómics
Contenido:
Original Sin #0-8, Marvel Point-One (2014)
Cartoné. 272 páginas. 27.00€
Desde el 19/09/2019.
SER O NO SER… DIGNO
¿Quién es Thor?
Abrazando similares modos y maneras que en la estructura que había dado a Pecado Original, Jason Aaron planteó el relanzamiento de Thor junto a Russell Dauterman y Matt Wilson (con un número de relleno de Jorge Molina) como una miniserie de misterio: ¿quién es la persona que está empuñando el martillo de Thor? Y es que, si la serie arrancaba con Thor aún en la Luna, rodeado de todos los asgardianos y miembros del Congreso de los Mundos, incapaz de levantar a Mjöllnir pero tampoco de abandonarlo, el guionista enseguida se puso manos a la obra para desmentir hipótesis. Si ni siquiera Odín podía levantar el martillo, cuando fue él quien lo terminó de forjar y encantar, entonces se descartaba cualquier truco mágico o conjuro que Furia, o Loki, o quien fuese que hubiera engañado al arma para no alzarse.
La primera sospechosa que proponía Aaron para despistar, dado que la portada prometía una portadora, era Freyja, la madrastra de Thor que, allí presente, era de las últimas en abandonar el Mjöllnir con una mirada y unas palabras que invitaban a un cambio en el paradigma de poder sobre su marido. Pero la acción nos impelía a mirar para otro lado, cuando Malekith y los Gigantes de Escarcha invadían una base submarina y provocaba un impulsivo ataque de Thor, sustituyendo su martillo por el hacha de juventud, que resultaba en la pérdida definitiva de su brazo a manos del elfo oscuro, terminando de quebrar la autoestima del héroe. Entretanto, en la Luna, una figura femenina empuñaba a Mjöllnir.
Y lo cierto es que Aaron, a sabiendas de las ampollas que iba a levantar, optó por presentar más preguntas que respuestas en esta breve etapa, si bien el misterio principal se resolvería al final: ¿Por qué Thor piensa con una voz pero habla con otra? ¿Por qué Mjöllnir está actuando de forma tan nueva, extraña y versátil? Y, sobre todo, para los señores del fondo, ¿por qué esta Thor parece más poderosa que el clásico? La alianza de Malekith con un recuperado Dario Agger, su socio Ulik y unos insaciables Gigantes de la Escarcha no fue repelida por el Thor ahora autodenominado Odinson, por considerarse indigno de su divinidad, ni por los Vengadores que allí se personaron, pero sí lo consiguió esta nueva Thor. ¿Su debilidad? Cuando no empuña el martillo durante el tiempo suficiente, pierde su forma asgardiana, desvelando su identidad.
Como es lógico, Odinson la trata como una usurpadora, de su arma y de su identidad, aunque bastará una alianza (con un brazo nuevo) para entender que sus intenciones son buenas, porque «Siempre debe haber un Thor». Así que será Odín quien no se lo tome con tanta benevolencia y decida que hay que acabar con ella, pero ¿puede que sea Freyja bajo el casco? Incluso Thor se plantea la pregunta, por lo que Aaron zanja el asunto con un beso que, de haber sido su madrastra, habría resultado algo incestuoso. Entonces, ¿quién es esta mujer que está robando la identidad de un hombre por la dictadura de lo políticamente correcto porque puede?
En un pequeño interludio, con Jorge Molina como artista completo, Aaron recupera a Cul Borson, la Serpiente y Dios del Miedo, al que su hermano Odín encomendará la misión de acabar con la usurpadora como nuevo Inquisidor Real y Ministro de Justicia de Asgard. Defraudado, Odinson elaborará una lista de posibles candidatas a empuñar el martillo, con Aaron guiñando el ojo a los fans que teorizaban sobre su identidad. Así, el misterio se amplía con Lady Sif preocupada por el giro político que supone el retorno de Odín y su hermano, Jane Foster en uno de sus momentos de mayor debilidad por su cáncer, y Roz Solomon en guerra contra Roxxon, siendo todas ellas descartadas (con tremendo ojo) como Thor por el antiguo Dios del Trueno.
Aun así, Aaron y Dauterman juegan inteligentemente la baza del misterio, apuntando descaradamente hasta el último momento a que Solomon es la nueva portadora del martillo, mientras Malekith y Agger entregan a los gigantes la calavera de Laufey para finalmente resucitar al rey de Jotunheim y Odín envía al Destructor contra la nueva Thor. A esa batalla final, con la aprobación y apoyo de Freyja, se presentarán Odinson con la cohorte de asgardianas que habían engrosado la lista de candidatas, todas ellas para repeler definitivamente la ofensiva de Odín y Cul. Asentado el polvo y con el Padre de Todos más iracundo y autoritario que nunca, Thor se desenmascara en sus aposentos…
Thor: Diosa del Trueno #46-53,
de Jason Aaron, Russell Dauterman, Matt Wilson, et al.
Marvel Comics / Panini Cómics
Contenido:
Thor #1-8, Annual #1 (2014-2015)
Grapa. 24-56 páginas. 1.95-3.95€.
Desde el 01/02/2015 al 04/06/2015.
INTERLUDIO #2
Crisis de identidades
Secret Wars fue el evento veraniego Marvel de 2015 y la culminación de la etapa vengadora de Jonathan Hickman (de la que ya hice una guía-resumen en otra web donde ya no se acredita mi trabajo), la cual presentaba un escenario mastodóntico con infinitas posibilidades por tratarse de un telar de realidades alternativas. Sin embargo, la Thor de Jason Aaron traspasó el velo y fue de las pocas supervivientes del fin del mundo, por lo que su personaje hizo acto de presencia en la miniserie central y tuvo un papel decisivo en la miniserie de Aaron para el evento: Thors.
Como su propio nombre indica, la serie estaba protagonizada por la miríada de Thors que componían el cuerpo de policía interterritorial del Doctor Muerte en el Mundo de Batalla en el que transcurría Secret Wars. Así, haciendo de nuevo gala de su preferencia por el misterio y el noir, Aaron planteó lo que parecía una buddy movie policial protagonizada por el Thor del universo Ultimate en torno a un asesinato en serie. ¿El gancho? Todas las víctimas asesinadas eran mujeres llamadas Jane Foster. Finalmente se reveló que el motivo era que en los ojos de todas las Jane se reflejaba lo que la Jane original representaba: que el Mundo de Batalla no era real, sino un constructo del Doctor Muerte y, por tanto, una irrealidad, así que la verdad debía ocultarse. En el epílogo de este relato, el Mjöllnir Ultimate era arrojado más allá del velo al universo reconstruido, aterrizando en la Viaje Asgard del universo tradicional.
Thors (Thor: Diosa del Trueno #54-57),
de Jason Aaron, Chris Sprouse, Goran Sudzuka, et al.
Marvel Comics / Panini Cómics
Contenido:
Secret Wars: Thors #1-4 (2015)
Grapa. 24 páginas. 1.95€.
Desde el 02/10/2015 al 08/01/2016.
DIVINIDAD Y SACRIFICIO
El trueno en las venas
La tercera cabecera regular del Thor de Jason Aaron, The Mighty Thor, se inauguraba abrazando totalmente la identidad de la nueva portadora de Mjöllnir. Así, por fin asistíamos al día a día de Jane Foster, el interés romántico clásico de Thor y ahora una superheroína que en su forma humana era la paciente de un cáncer muy agresivo. Pero la decisión de Aaron no era azarosa y este aspecto concreto de la vida de Jane marcaría absolutamente los 30 números que aún le quedaban por delante empuñando el martillo. Y es que el cáncer es esa enfermedad de la que nos curamos inyectando e ingiriendo medicamentos que nos matan, algo que a ojos de la magia de Mjöllnir es veneno, lo que significa que cada vez que Jane adquiere su poder lo hace a costa de perder su tratamiento. Dicho de otro modo: ser Thor está matando a Jane.
A esta batalla contra el cáncer, por supuesto, se le unirá la guerra que lleva cociéndose a fuego lento desde que Malekith ascendió al trono de Svartalfheim, y es que ya el primer número de esta colección supone una declaración de intenciones por parte de Aaron, Dauterman y Wilson en cuanto a si el drama personal va a copar todo el interés de este segundo acto: sobre la Tierra están lloviendo cientos de cadáveres mutilados de elfos de la luz de Alfheim. En el pecho de uno de ellos, tallado en la propia carne, un mensaje claro: «Así comienza la Guerra de los Reinos».
Con el Congreso de los Mundos demasiado atemorizado como para tomar decisiones extremas y Odín cuestionando la naturaleza misma del Congreso, encarnada en el encarcelamiento de una Freyja insumisa, la burocracia permite que los elfos oscuros sigan haciéndose con el control poco a poco. Así pues, Thor deberá tomar la justicia por su mano mientras Asgard se llena de carteles que claman contra la «Falsa Thor», acusada de robo de identidad y perseguida por orden del Padre de Todos.
En el otro bando, el Concilio Oscuro de Malekith sigue aglutinando alianzas, añadiendo a sus filas a Amora, la Encantadora, que busca venganza contra Thor, y a los demonios de fuego de Muspelheim que esperan la llega de su Reina de las Cenizas. Estos se suman a una Roxxon que tiene asegurada la explotación del petróleo de los pantanos de Svartalfheim, al apoyo de Ulik que busca garantizar un reino propio para los trolls, y a unos Gigantes de la Escarcha que han vuelto a su antigua gloria con el regreso su rey, Laufey, que no ve con buenos ojos una adición de última hora: Loki, el Dios de las Mentiras, con su nueva cara hiddlestoniana.
En el primer escenario de la guerra de Malekith, la conquista de Alfheim, Loki deberá probar que su afiliación es legítima matando a Thor, dado que sus últimas iteraciones habían devenido en actitudes antiheroicas (y tremendamente trágicas), no siendo de fiar para un bando claramente posicionado en el mal. Presentando un espectáculo en el que sigue sin quedar claro si las palabras de Loki valen algo, la batalla en la que se desplegarán las fuerzas de Malekith, forzando la mano de Lady Aelsa, la reina elfa de Alfheim. En esta situación de guerra abierta, sólo cabe un acuerdo posible que cese las hostilidades: una boda entre los dirigentes de ambos reinos… orquestada por el propio Malekith con ayuda de la Encantadora, quien doblegará mágicamente la voluntad de la elfa de la luz.
Y mientras el primer reino es conquistado por Malekith y Loki es apresado y devuelto a Asgard, allí se celebra el juicio contra Freyja por confrontar la voluntad de Odín defendiendo a Thor de su Destructor. Sin embargo, la antigua Madre de Todos se rebelará de nuevo contra su marido, clamando contra su nuevo orden para una Asgard que había avanzado y mejorado en su ausencia, pero que ahora se encuentra al borde de una guerra civil mientras el enemigo avanza silencioso. A punto de ser condenada, pese a que cuenta con el apoyo de casi todos los guerreros asgardianos, será el martillo de Thor en la cara de un Odín borracho de poder y egolatría lo que detenga la condena de Freyja. Pero no será este el golpe que inclinará la balanza de Asgard en la guerra…
La traición de Loki a su madre, una de las pocas personas que realmente le amó, dejará fuera de combate a una Freyja al borde de la muerte y a un Odín que adquiere absoluta claridad pero pierde toda la perspectiva de gobierno para centrarse en el cuidado de su mujer. Así comienza el oscuro periodo de regencia de la Serpiente, con la huida de Loki, Odinson desaparecido y Cul en el trono, de manera que Asgard ya no será un hogar para Thor, menos bienvenida que nunca.
Con sus cartas aparentemente sobre la mesa, Loki se verá reforzado en el Concilio Oscuro y entablará relación con Dario Agger, interesado en mejorar sus fuerzas después de un relato del Dios de las Mentiras que Aaron utiliza para dar un respiro a Dauterman. Este breve arco de dos números, ilustrado en su mayor parte por Rafa Garrés, cuenta una historia del Loki de la Era Vikinga, quien otorgó fuerza inhumana a Bodolf el Negro, enemigo de Thor, transformándolo en un monstruoso guerrero gracias a la sangre de un dragón. Este será el germen del Escuadrón B.E.R.S.E.R.K.E.R. de Roxxon.
En esta fase, uno de los primeros aliados que conseguirá Jane será Roz Solomon, que desconoce su identidad secreta, pero irá cobrando mayor importancia como secundaria ya desprovista de cualquier atisbo de interés romántico (si bien hace un amago de flirteo con la propia Jane). Pero también habrá un retorno relativo en el bando de los villanos: Oubliette Midas, la Exterminatrix que formaba parte del plan enemigo en Pecado Original. Sin embargo, su intervención aquí será de interés corporativo como heredera única de la Fundación Midas, rival directa de Roxxon, y aliada del Samurái de Plata, líder de Harada Industries.
Dado que la «OPA hostil» de los recién llegados puede provocar la destrucción de la Tierra, será Thor quien tenga que intervenir, mientras vuelan hordas de engendros Sin-Mente, soldados berserker, balas doradas, espadas plateadas, minotauros con correa y… un meteorito gigante transformado en oro que se dispone a impactar con el planeta. Acorralada y con su identidad en juego, Thor recibirá la inesperada asistencia de ¿Jane Foster? No: una nueva manifestación del poder de Mjöllnir, capaz de proyectar un cuerpo que interactúa con Thor bajo su apariencia humana, porque una consciencia habita en el martillo, y Jason Aaron nos revelará inmediatamente este nuevo misterio.
En uno de los números (aparentemente) off-topic más visualmente cautivadores que se han empleado para dar un ligero respiro al dibujante titular, Aaron se alió con el británico Frazer Irving para narrar el origen de Mjöllnir con su estilo similar a un Richard Corben psicodélico. Con un breve marco a cargo del equipo habitual, Jane viajaba al Nexo de Todos los Dioses para documentarse sobre su martillo dados los últimos poderes que había manifestado o, mejor dicho, dada la consciencia que acababa de demostrar, señalándola a ella como elegida, como digna de alzarlo.
Sería ya Irving el encargado de ilustrar la narración de origen, revelando un importante elemento olvidado: el Dios de la Tempestad, la Tormenta de las Tormentas, la Madre del Trueno. En una batalla titánica transcurrida eones atrás, Odín se enfrentó a una tormenta cósmica del tamaño de una galaxia que empezó a rugir con el nacimiento del universo mismo. Siendo imbatible por los métodos convencionales al no ser corpórea, el Padre de Todos capturó a la divinidad en un fragmento de Uru y ordenó la creación de una prisión adecuada, un martillo forjado en el metal que la encerraría para siempre hasta que alguien digno lo levantara para empuñar la tormenta. Es ella, pues, quien juzga la dignidad de su portador, y en Jane ha encontrado a una candidata apta para sus fines.
Tras estos últimos números, más destinados a atar los cabos restantes sobre Jane Foster y sus relaciones con los secundarios y su martillo, Jason Aaron fue consciente de que la Guerra de los Reinos parecía haberse detenido cuando la carnicería ya había estallado, así que se metió de lleno en ella refundando el equipo que más involucrado estuvo en sus comienzos: la Liga de los Reinos. Habiendo sufrido varias bajas, Aaron completó el grupo, ahora operando por el bien de los Reinos pero al margen del Congreso de los Mundos, con nuevas incorporaciones acordes a esta nueva dirección: Lady Sif, diosa guerrera de Asgard; Ángela, hermana de Thor Odinson y ángel asesina exiliada del reino de Heven; Ro Raízsangrienta, de los magos de madera de Vanaheim; Titanya Vaetilda Vinnsuvius, Gigante de las Montañas de Jotunheim y pariente del difunto miembro de la Liga, Oggy; y, como representante de Midgard, la agente Roz Solomon.
Unidas a Thor, Ud el Troll, el enano Barbatorcida, y Sir Marfil Tiro de Miel, los miembros de la Liga asistirán a los restos de la masacre provocada por los ejércitos de Malekith en la capital de Alfheim, ya totalmente perdida, aunque les tenderán una trampa con la reina elfa cautiva y un nuevo prisionero bajo la oscura armadura encantada Kurse: su antigua aliada Lady Waziria, detalle desconocido para sus excompañeros. El dramático enfrentamiento culminará con la desfiguración e intento de asesinato de la reina, con Alfheim en llamas y Malekith escapando a un nuevo reino que arrasar a través de una de sus herramientas más poderosas, el Bífrost Negro, el puente oscuro de Svartalfheim.
Con Malekith planeando el siguiente golpe, la Guerra de los Reinos se toma un breve descanso, pero otra guerra más localizada dará comienzo cuando los dioses del Imperio Shi’Ar, el matrimonio de Sharra y K’ythri, envíen a Gladiador y su Guardia Imperial a conquistar Asgard y rodear la Tierra con destructores ¿para enfrentarse a Thor en un torneo, humillarla y demostrar así que ellos sí que saben lo que es ser dioses? Este extraño planteamiento tiene dos motivos: el primero, que Sharra y K’ythri son divinidades antiguas, sumidas en una absoluta egolatría y desapegadas totalmente de los mortales, a quienes perciben como insectos y recurso desechable de adoración; y el segundo, que fue Loki, siguiendo órdenes de Malekith, quien les hizo ver que se estaban quedando obsoletos frente al culto que una nueva diosa como Thor estaba consiguiendo en el universo.
Mientras las pruebas del torneo se desarrollan, mostrando la fría crueldad del matrimonio y la infinita piedad y sentido de la responsabilidad de Jane, los dioses de Asgard fuerzan la mano del regente Cul y toman sus barcos para enfrentarse al Imperio Shi’Ar. Humilladas las divinidades invasoras en ambos frentes, apelarán al juicio final: la llamada al Fénix para que todo arda. Ambos escenarios son aprovechados por Jason Aaron para recuperar a personajes fetiche de su etapa en Lobezno y la Patrulla-X, como Kid Gladiador o, especialmente, Quentin Quire, que al final de la refriega absorberá al Fénix, convirtiéndose en el dios del Imperio Shi’Ar tras el encarcelamiento de Sharra y K’ythri. Pero estos no son los únicos personajes que vuelven a las manos del guionista: el Indigno Thor ha recuperado cierta fe en sí mismo y está preparado para los conflictos que están por venir… como el despertar del Mangog.
Thor: Diosa del Trueno #58-76,
de Jason Aaron, Russell Dauterman, Matt Wilson, et al.
Marvel Comics / Panini Cómics
Contenido:
The Mighty Thor #1-19 (2015-2017)
Grapa. 24-40 páginas. 1.95-2.95€.
Desde el 04/03/2016 al 13/09/2017.
INTERLUDIO #3
Quien empuñe este martillo…
The Unworthy Thor fue la miniserie paralela a The Mighty Thor, transcurriendo durante la Guerra Asgard/Shi’Ar, y una lectura imprescindible, dado que en ella se ataron de golpe tres grandes cabos sueltos de la etapa de Jason Aaron: el paradero de Odinson tras varios meses de ausencia, el destino del Mjöllnir Ultimate que cruzó a la nueva realidad al final de Secret Wars: Thors y… las palabras que Nick Furia susurró en Pecado Original para convertirle en el Indigno Thor. Aaron sería acompañado para tan relevantes revelaciones por un Olivier Coipel que no llegaría a cumplir sus fechas de entrega y sería asistido por Kim Jacinto y Pascal Alixe, así como de los artistas ya programados para escenas puntuales como los ya conocidos Esad Ribic, Russell Dauterman y Frazer Irving, coloreado todo por Matt Wilson, Matt Milla, Mat Lopes, Jay David Ramos y el propio Irving. Un batiburrillo gráfico que, sin embargo, no mitiga la potencia del relato del guionista.
El arco de Odinson es, en sí mismo, sencillo: en pos de su dignidad perdida, Thor será advertido por El Invisible (a quien ya vimos en el epílogo a Pecado Original) de que un nuevo martillo ha llegado a este universo, pero las dudas le asaltan. ¿Y si tampoco es digno de alzar este Mjöllnir? Acompañado por un Bill Rayos Beta que, enterado de su desdicha, le ofrece su propio martillo, la trama se complicará cuando Odinson sea apresado por el Coleccionista, que también desea el nuevo Mjöllnir, y una figura misteriosa haga que Thanos, apresado en la Tierra, envíe a su Orden Negra a por el arma.
Sin embargo, no serán las acciones lo más poderoso del texto de Aaron, sino su introspección emocional en la mente del Thor que ya no es capaz de ser Thor. Así, el guionista nos presenta a un personaje roto, sumido en una depresión incapacitante, e incluso desarrollando su propia versión de la parálisis del sueño provocada por la ansiedad, sustituyendo al «perro negro» por un Mjöllnir que no puede levantar y aprisiona su pecho mientras duerme. Afortunadamente, despertará junto a un auténtico perro del infierno en las mazmorras del Coleccionista, el también prisionero Thori, antiguo compañero canino de Loki (en la genial etapa de Kieron Gillen en Viaje al Misterio), y juntos escaparán con ayuda de Bill, momento en el que entrarán en juego los secuaces de Thanos y la figura misteriosa que, fracasando en obtener el arma, se revelará frente al Titán Loco como Hela, la reina destronada de Hel.
En el fragor de la batalla, Thor rememorará diferentes pasajes de juventud en los que se enfrentaba al Mjöllnir con incapacidad de levantarlo, miedo a no poder volver a hacerlo, o la reciente certeza de ello. Entonces, frente a frente con el nuevo martillo, con sus manos en el mango y la tormenta rugiendo en su interior… Odinson aceptará que ese no es su martillo y revelará a Bill las palabras de Furia: «Gorr tenía razón». Recordemos que el Carnicero de Dioses sostenía que los dioses se colocaban inmerecidamente por encima de los mortales, buscando su adoración y abusando de su poder apoyados en una falsa dignidad superior. Si un Nick Furia omnisciente afirmaba tal cosa, cuando las dudas de Thor ya estaban presentes con anterioridad, entonces debía ser cierto y así lo pronuncia: «Ningún dios es digno», ni del amor ni de la adoración de nadie sólo por ser dioses. Así comenzará el viaje de Thor para convertirse de verdad en alguien digno, alguien mejor que un dios. Pero, tras su marcha, alguien levantará el martillo abandonado…
El indigno Thor (Thor: Diosa del Trueno #77-78),
de Jason Aaron, Olivier Coipel, Kim Jacinto, et al.
Marvel Comics / Panini Cómics
Contenido:
The Unworthy Thor #1-5 (2015)
Grapa. 24 páginas. 1.95€.
Desde el 11/10/2017 al 09/11/2017.
TAMBORES EN EL INFIERNO
El Thor de la Guerra
Haciéndose eco de tragedias del mundo real, el próximo acto de la Guerra de los Reinos fue instigado por una crisis de refugiados, en este caso los elfos de Alfheim que encontrarían asilo, pese a las muchas diferencias, en la tierra de los enanos, Nidavellir. Allí llegará una delegación del Congreso de los Mundos, con Roz Solomon y el afable Volstagg a la cabeza como los únicos preocupados realmente por la guerra… y allí asistirán a la masacre: los duendes de fuego de Muspelheim arrasarán los campamentos y, entre la lluvia de llamas, Volstagg contemplará con impotencia cómo se desintegra en sus brazos el grupo de niños elfos que trataba de salvar. Su rabia le hará acabar con toda la fuerza invasora con sus propias manos y, bañado en sangre de duende y ahogado por la injusticia, se romperá, marchará a la vieja Asgard, al receptáculo en el que descansa el Mjöllnir Ultimate, y así nacerá… el Thor de la Guerra.
Pero, ¿por qué atacar un campamento de refugiados? ¿Cuál podía ser el objetivo de Malekith al enviar una avanzadilla contra enemigos que no representan una amenaza primero, y a dos de sus generales, la Encantadora y Ulik el Troll, con su ejército del Múspel después? Ganar tiempo, porque la realeza se hace esperar, y aún faltaba por revelar a una de sus aliadas más poderosas. ¡Salve a la señora de Muspelheim! ¡Salve a la hija del caído Surtur! ¡Salve Sindr, Reina de las Cenizas!
Hechas las presentaciones, la primera refriega con la portadora de la llama de Malekith se resolverá con una victoria para el bando de los Thors, dado que la ira de Volstagg está retroalimentada por «la furia de un universo muerto» que habita en el interior de su Mjöllnir y su descontrol sobre ese poder es máximo. Tanto es así que la batalla continuará contra Thor, que se opone a que Volstagg se vea reducido a un avatar de la ira. Pero no será un choque de martillos lo que decidirá el combate, sino las palabras de Jane, quien le mostrará su verdadero rostro al dios ensangrentado para recordarle su naturaleza bondadosa como marido devoto y padre cariñoso en su Asgard natal.
Pero Malekith ya ha reunido a sus cabezas de cartel, ningún reino ya está fuera de su alcance y, mientras llueven llamas sobre el infierno gélido de la tierra de los muertos de Niffelheim, el elfo oscuro sella un pacto en los angelicales cielos de Heven con su reina mercenaria. La Guerra de los Reinos ya es imparable, pero hay otra fuerza aún más imparable que está cada vez más cerca, el temible Mangog.
Thor: Diosa del Trueno #79-80,
de Jason Aaron, Russell Dauterman, Valerio Schiti, et al.
Marvel Comics / Panini Cómics
Contenido:
The Mighty Thor #20-23 (2017)
Grapa. 48 páginas. 3.50€.
Desde el 14/12/2017 al 04/01/2018.
LARGA VIDA A THOR
Morir con las botas puestas
Tras un anecdótico interludio con la maxiserie Generaciones, el one-shot dedicado a los Dioses del Trueno de ayer y hoy dibujado por Mahmud Asrar con color Jordie Bellaire, Marvel Comics reinstauró en su línea editorial la numeración clásica de sus series nucleares. Esto resultó en que el arco final de la etapa de Jane Foster como portadora del martillo se iniciara con el titánico The Mighty Thor #700, un prólogo definitorio de todo lo que quedaba por llegar en la etapa de Aaron y la confirmación de los malos augurios sobre el destino de su protagonista enferma en el título de dicho arco: «La muerte de Thor».
Con Russell Dauterman y Matt Wilson a pleno pulmón, este arranque especial se nutrió también de un gran número de autores para homenajear diferentes etapas de la vida del Dios del Trueno en una celebración de todo lo que es y representa Thor que enseguida contrastaría con la tragedia que se cernía sobre los reinos con la última profecía de Karnilla, reina de las Nornas, antes de morir. Entre los créditos de este número encontramos a Walter Simonson, Daniel Acuña, James Harren, Becky Cloonan, Das Pastoras, Chris Burnham, Andrew MacLean, Jill Thompson, Mike del Mundo y Olivier Coipel, apoyados en el color por Dave Stewart e Ive Svorcina, si bien el grueso de la historia caía sobre los autores titulares.
En este número monumental, Malekith ejecutaba su golpe maestro: el asesinato de las Nornas, tejedoras del destino, implica la muerte de este, es decir, la posibilidad de forjar su propio futuro, de que las profecías ya no se cumplan, de que las vidas de los dioses puedan tocar a su fin en cualquier momento impredecible. La invasión de Nornheim será otra de las derrotas de Odinson, llamado por Karnilla para ser advertido y, sin embargo, incapaz de detener los planes del elfo oscuro. Entretanto, Jane se enfrenta en la Tierra a una Hulka desatada, y Volstagg volverá a caer en las garras del Thor de la Guerra. En el futuro, el Galactus poseído y reconvertido en el Carnicero de Mundos se enfrentará al anciano Ego, el Planeta Viviente, atravesándolo con su espada simbionte… que le traicionará y el astro, envuelto en la masa negra, devorará a Galactus. Así nace Ego, el Necromundo.
De vuelta al presente, Karnilla nos mostrará el último vistazo al futuro antes de que los hilos se quiebren definitivamente, y así veremos Asgard derruida, al Loki presente portando el Guantelete del Infinito (ver Guerras del Infinito), a un anciano Loki con la Necroespada, a los Gigantes de Hielo avanzando por una Manhattan congelada, a Valquiria empuñando su espada en la Guerra de los Reinos, a Odinson de nuevo como Thor pero portando un brazo y un martillo dorados, a Jane en su forma humana yaciendo aparentemente muerta sobre la Luna, y transformada en una Thor ensangrentada con un ominoso Mangog coronando la escena. Y es que este temible enemigo clásico del Dios del Trueno será el gran villano de este arco final, algo que dejará claro en su llegada a Asgard, decapitando con sus propias manos a Rechinante, una de las dos cabras místicas de Thor que trataba de frenar a Volstagg.
Y es que el Thor de la Guerra será la primera víctima divina del Mangog, la encarnación de la ira de una civilización destruida por Odín que guarda los fuegos de la venganza de sus millones de víctimas contra Asgard y todos sus dioses. El cruento combate entre esta herramienta del juicio contra los dioses y su indignidad (claramente el tema de toda la etapa de Aaron) será ilustrado por un desatado James Harren coloreado por Dave Stewart y se resolverá con un Volstagg prácticamente muerto por el golpe de gracia de Malekith, quien señalará al Mangog el lugar en el que habitan actualmente los dioses, la ciudad flotante de Asgardia.
El resto del arco, con Dauterman y Wilson entregados a la causa, será una batalla contra lo inevitable en varios frentes. Jane, que trata de buscar aliados para la guerra en el Olimpo ganándose a Hércules, recibirá con tristeza la noticia de la convalecencia de Volstagg, pero se verá obligada a hacerse a un lado, convencida por Odinson, dado que su cáncer ha avanzado peligrosamente y lleva demasiado tiempo sin ser solo Jane Foster. Así pues, como simple humana, llamará a la puerta de Odín con las fuerzas que le quedan, para que el Padre de Todos, cegado por la convalecencia de Freyja, vuelva en sí y asuma su papel en la Guerra de los Reinos. Entonces será Jane quien caiga…
Necesitada de tratamiento inmediato y con la enfermedad muy avanzada, Jane será vigilada por Roz, su algo más que compañero vengador Sam Wilson, el Doctor Extraño y el propio Odinson, para asegurarse de que no empuña el martillo y la medicación surte efecto. Sin embargo, será Mjöllnir quien la venga a buscar, porque el Mangog ya ha llegado a Asgard. Con Odín lamentándose en su trono por sus decisiones y la creciente consciencia de su propia obsolescencia, Freyja apartará a Cul de las labores de regencia y tomará el control del Destructor para tratar de frenar a la criatura… pero no será suficiente y Jane deberá tomar una decisión frente al martillo, a sabiendas de que empuñarlo una vez más supondrá su muerte.
Tomando la decisión racional, se hará a un lado en el conflicto y, con Freyja debilitada, serán padre e hijo quienes entren en acción contra el Mangog, si bien volverá a resultar inútil. Entonces hará acto de presencia Loki, en carácter de Hechicero Supremo (en el primer arco de la breve etapa de Donny Cates al frente de Doctor Extraño), pero no para ayudar contra el monstruo, sino para disculparse ante su madre, tratar de explicar su aparente traición y que la huida es la única solución. Sin esperar que sus disculpas sean aceptadas o su postura comprendida, Loki aceptará que no le va a seguir y se marchará anunciando que, pese a todo, Asgardia caerá ese día, habiendo sido lanzada contra el sol. En ese momento, Jane acepta su muerte. Jane empuña el martillo. Jane se convierte en el único dios digno.
En un estallido de llamas, el Mangog, Asgardia y el propio martillo Mjöllnir arderán en el corazón del sol, liberando a la tormenta y devolviendo a Jane a su forma humana, yaciendo su cuerpo en la Luna, como profetizó Karnilla antes de morir, frente a todos los asgardianos supervivientes. Pero el alma de Jane Foster ya no está entre ellos, sino a las puertas del Valhalla. Y no será una valquiria quien le abra las puertas, sino el propio Odín, quejumbroso, airado y… agradecido a regañadientes, por la victoria frente al Mangog y por la lección recibida. Bienvenida al Valhalla, poderosa Thor. Ahora atraviesa la puerta y disfruta de la vida eterna tras la muerte…
…excepto que Jane no estaba preparada para morir y el mundo lo estaba a un menos, dentro y fuera de las páginas del cómic. Thor conjura al trueno con todas sus fuerzas para tratar de desfibrilar a Jane, y ella siente el trueno en sus venas, la llamada del mundo que no acepta su marcha, la llamada de la Diosa de la Tormenta que agradece su liberación y acompaña a Thor en sus intentos fallidos. Pero la decisión no cae sobre ellos, sino sobre Jane. Únicamente sobre Jane. Y Jane… no ha terminado de escribir su historia.
Jane Foster murió y volvió a la vida. El final de la etapa se convertía en un sentido homenaje y despedida a su personaje, que aceptaba el tratamiento médico definitivamente y se alejaba (por momentos) de martillos y poderes para cuidarse de quién era. Porque Odinson había aprendido la lección, «Siempre debe haber un Thor», y ya tenía un muy buen ejemplo a seguir, pese a su indignidad. Así pues, volvería a portar con orgullo el nombre que le dio su padre y no se limitaría a ser su hijo. El poder de Thor atronaría de nuevo los cielos de Midgard, y es que la Guerra aún estaba lejos de terminar.
Antes de decir el adiós definitivo a este segundo acto de la era Aaron, Marvel publicó un especial, At the Gates of Valhalla, que jugaba al despiste en los meses anteriores sobre la muerte real de Jane, pero que sirvió de puente con el relanzamiento de la serie. Con la ayuda de Matt Wilson al color, este especial narraría dos historias para sentar las bases de lo que estaba por venir. La primera, dibujada por Jen Bartel, con las Hijas del Trueno viajando al pasado, presente y futuro del Dios del Trueno mostrando semillas de los Vengadores de Jason Aaron, del regreso de Jane Foster a una posición de poder en el universo Marvel, y de un enfrentamiento al final de los tiempos entre el viejo Thor y el Loki portador de la Necroespada. En cambio, en el segundo relato, con Ramón K. Pérez a los lápices, Malekith hacía un recuento de fuerzas y presentaba los diferentes escenarios en los que se había desarrollado y se iba a desarrollar su Guerra de los Reinos. El futuro estaba servido…
Thor: Diosa del Trueno #81-88,
de Jason Aaron, Russell Dauterman, James Harren, et al.
Marvel Comics / Panini Cómics
Contenido:
The Mighty Thor #700-706 (2017-2018)
The Mighty Thor: At the Gates of Valhalla (2018)
Grapa. 24-64 páginas. 1.95-4.75€.
Desde el 01/02/2018 al 06/09/2018.
RENACIMIENTO
Si vis pacem, para bellum
La que creíamos que sería la última cabecera de Thor firmada por Jason Aaron (más tarde supimos que aún habría otra más, pero de eso hablaremos más tarde) arrancaba con un aparente cambio de tono que a muchas personas se les antojó drástico, dado que lo que había sido gravedad y tragedia parecía convertirse ahora en aventura y cierto tono cómico. A la «muerte» de la Thor de Jane Foster le siguió el resurgir de Thor Odinson en su propia serie, que empezaba recuperando objetos mágicos y recibiendo golpes caricaturescos, acentuados por el arte exagerado y lisérgico de Michael del Mundo (con asistencia en el color de Marco D’Alfonso).
Hay quien le achaca al dibujante esta dispersión tonal, pero sería ingenuo pensar que, en un primer número, al que se subía mucha gente recién llegada para acercarse al próximo evento Marvel, Aaron no buscaba una presentación ligera para captar fieles antes de entrar de cabeza en la tragedia bélica. Además, privado de Mjöllnir, Thor necesitaba un nuevo martillo que portar y la forja de los diferentes candidatos será una de las claves de este comienzo, con el enano Barbatorcida harto de que los destroce todos, Odín igualmente desesperado y Jane Foster echando de menos empuñar uno mientras cuida de refugiados de otros reinos en la Tierra.
Tras un enfrentamiento anecdótico contra el Juggernaut, nos ponen en situación: Thor está tratando de recuperar todos los objetos de los almacenes y armerías de Asgardia que quedaron desperdigados por la Tierra con la destrucción de la ciudad para evitar que caigan en malas manos. Manos como las de Loki, que hará acto de presencia en el barco que sirve de hogar temporal para Thor, con Thori y la cabra cósmica Triturador como fieles mascotas. Todos ellos acabarán transportados por Loki al Niffelheim, donde Balder el Bravo ejerce de rey desde que falleció y es asistido por Skurge el Ejecutor. Pero Aaron no quiere que nos olvidemos del viejo Thor, así que al final de ese primer número incluye un epílogo con arte de Christian Ward donde somos testigos de la muerte de Jane Foster… eones después del presente en la Nueva Tierra. En ese momento, Thor viajará a los confines del universo, que está consumiéndose, para encontrar allí a… ¿Lobezno el Fénix?
De vuelta al presente, el truco de Loki tenía por objetivo el asalto a un tren, con lo que él, Thor, Skurge, Balder y la difunta Karnilla, unidos a un traidor Tyr, atacarán el vagón que transportan los duendes de Muspelheim para descubrir que en su interior viajaban… Hela y el lobo infernal Fenris. Todo era parte de un plan mayor y ahora Balder se verá obligados a casarse con Hela, que pretende recuperar su trono a toda costa… pero aquí termina el tono ligero y comienza a colarse la Guerra de los Reinos en la trama, con la mismísima reina Sindr interrumpiéndola porque es ella quien quiere conquistar Niffelheim acabando con la dinastía de Hel. Entonces, Thor recibirá una puñalada mágica de Loki directa al corazón y alguien se opondrá a la boda…
Hela había recuperado su poder gracias a su affair con Thanos que comenzara en El indigno Thor, por lo que su aparición no es fortuita: el plan de la hija de Loki es que el Titán acabe con Balder y los asgardianos, se case con ella y reinen juntos en Hel. Entonces Thanos pronuncia las palabras más terribles: «Hela, tenemos que hablar». Con la marcha del tirano y la llegada de Sindr, los frentes no paran de surgir, pero el plan de Loki al «matar» a Thor anclándolo a la vida era otro, y el Dios del Trueno regresa con el ejército de las Valquirias para obtener la primera gran victoria contra Malekith en la Guerra de los Reinos. Quedando únicamente en el aire quién reinará en Hel, es Karnilla quien se pone el anillo de compromiso y ahora dos reinas gobernarán el infierno helado de Niffelheim. Como regalo de bodas, Loki devolverá a Balder, amado de Karnilla, al mundo de los vivos.
Y con La Guerra de los Reinos, el evento en sí, a la vuelta de la esquina, Aaron quiso ganar tiempo para Del Mundo con un breve arco de dos números en el que exploraba ese futuro prometido en el primer número, de nuevo con Christian Ward en el arte. Así, el encuentro del viejo Thor con el Lobezno portador del Fénix seguirá las directrices clásicas de los enfrentamientos de héroes: lucha por las diferencias (la débil esperanza de mantener viva la Tierra de Thor frente al nihilismo destructivo de Logan) y alianza frente a un enemigo mayor, encarnado por un Doctor Muerte que ha ido acumulando poderes y entidades primigenios hasta ser Hechicero Supremo, Puño de Hierro y Marca Estelar, y ahora aspira a absorber al Fénix.
Logan, derrotado, sacrificará la Fuerza Fénix entregándose al Mjöllnir, otorgando a Thor el poder necesario para derrotar a Muerte. Pero en los confines del espacio, Ego el Necromundo ha sido llevado a los límites de la locura por un gusano que le susurra desde su superficie y acaba cediéndole el poder de la Necroespada a la criatura… a Loki el Carnicero de Todo en el fin de los tiempos. Esta historia no sería resuelta en la serie principal, sino en la miniserie posterior al evento de La Guerra de los Reinos, titulada Rey Thor, pero la serie principal aún dedicaría un número más a una historia alejada del presente, volviendo al Loki de la Era Vikinga.
En esta ocasión, el viaje al pasado, dibujado por Tony Moore y coloreado por John Rauch, nos daba otro elemento más que sirve para la introspección emocional de los personajes, en este caso el contacto de Thor con su humanidad. Ante la desobediencia del joven Thor, demasiado preocupado por el reino humano de Midgard y nada por su cargo en la realeza de Asgard, Odín escuchará el consejo malintencionado de Loki, que le tenderá una trampa emocional presentándole a la mujer humana de la que se enamorará perdidamente. Tras un apasionado y largo romance en el que Thor nunca regresó a Asgard, Loki accionó la trampa provocando una pequeña guerra que hiciera que el hijo de Odín tuviera que viajar temporalmente a otro reino para luchar. Dada su naturaleza inmortal, el paso del tiempo es relativo para los dioses y, a su regreso, habían pasado 40 años y su amada, ya anciana, había fallecido. Pero Thor se quedó en Midgard, porque la experiencia le sirvió para entender qué es ser un dios entre humanos.
Ahora sí, los preparativos de la Guerra de los Reinos en el presente se suceden hasta el final, con una serie de números unitarios brillantemente dosificados por parte de Aaron con Mike del Mundo de vuelta. En el primero, mientras Odín se suma a la forja de martillos, Thor viajará al reino angelical de Heven, donde será apresado y torturado, tanto física como psicológicamente, apelando a su indignidad y falta de fe en sí mismo, pero de donde saldrá con una nueva aliada, la también prisionera Ángela. Dado que las alianzas de Heven están con Malekith, la fuga será ruidosa y sangrienta (especialmente con Thori y Triturador hambrientos), mientras en la Tierra se produce la visita de Pantera Negra y Okoye a Roz Solomon con una propuesta que no podrá rechazar.
Con S.H.I.E.L.D. desarticulada tras la debacle del Imperio Secreto, Roz perdió su trabajo y, aunque ha estado ayudando en la medida de la posible, siente que podría hacer más y acaba de presentársele la oportunidad: ser Agente de Wakanda, ahora que T’Challa es líder de los Vengadores a escala mundial y no se rigen por un gobierno nacional. Su primera misión será infiltrarse en la mansión de Dario Agger, líder de Roxxon y aliado de Malekith, para descubrir los planes del elfo. Así es como los Vengadores descubrirán la existencia del Bífrost Negro con el que se desplazan entre reinos. Pero Asgard también sabe de infiltraciones, y Odín ha enviado a su hermano Cul a Svartalfheim, donde hará el mismo descubrimiento para el Padre de Todos.
A partir de aquí es cuando Aaron entra de verdad en el modo despedida, porque los dos números unitarios restantes están dedicados a la relación de Thor con sus padres, y no podrían ser más diferentes y al mismo tiempo más sentimentales. Odín es ya un dios derrotado, superado por las circunstancias, y Aaron lo muestra también podrido por lo que se espera de él, por ser el epítome de la masculinidad tóxica en tanto que no debe mostrar emociones que le hagan parecer menos regio, menos varonil. Odín es incapaz de decir a su hijo que le quiere, que ama al Dios del Trueno, y que sabe que es mejor dios de lo que él nunca fue. La única manera en la que cree saber decírselo, aparentemente, es confrontándole, haciendo lo contrario de lo que debería, llevándole al extremo, y todo este monólogo interno se desarrolla en una pelea en la que lo metafórico se vuelve real y Thor se muestra como mejor que él derrotándole en combate. Hundido, en lo más bajo, entre las ruinas de su palacio, Odín ama a Thor por todo lo que no tiene de él mismo.
Y si Odín es lo masculino en su peor representación, la confrontación, la guerra, la imposición de la superioridad física sobre la moral o incluso racional, Freyja es lo contrario, el raciocinio, la mesura, el diálogo, y el amor explicitado, pese a que ella no es la madre biológica de Thor o Loki, como ella misma se recuerda pero es algo irrelevante para sus hijos. Así, el último número de la serie antes del estallido de la Guerra de los Reinos en el reino humano, con Lee Garbett a los lápices y Antonio Fabela al color, está dedicado a la Madre de Todos, arrancando con la pesadilla que anuncia la caída de su Vanaheim natal y desarrollándose entre su monólogo interno y la conversación con Thor. Recuerda cuando le acompañó a la tumba de aquella humana que amó, cómo ya entonces se dio cuenta de que el verdadero poder de Thor, lo que le diferencia del resto de dioses es que todo su gran poder está anclado en un corazón mayor. Y al igual que Jane, será ese corazón, ese alma que no olvida ni aísla el amor, lo que hará que Thor salga victorioso, digno, en las guerras que estén por venir.
Thor #89/1-98/10,
de Jason Aaron, Mike del Mundo, Christian Ward, et al.
Marvel Comics / Panini Cómics
Contenido:
Thor #1–11 (2018-2019)
Grapa. 24-48 páginas. 1.95-3.50€.
Desde el 04/10/2018 al 04/07/2019.
Y aquí termina el resumen de todo lo que vino antes de La Guerra de los Reinos. La serie de Thor continúa durante el evento, pero hablar de los números restantes sería entrar en spoilers del evento en sí mismo. Del mismo modo, dado que en estos momentos aún no se ha publicado ni siquiera en Estados Unidos, quedaría pendiente hablar del epílogo de la etapa, la historia del Rey Thor en el fin de los tiempos, así que se hablará de todo ello tal vez en otra ocasión
Espero que os haya resultado útil, o al menos no tediosa, esta guía-resumen de la que ya es una de las mejores etapas de un cómic de superhéroes de la Historia, realmente definitoria de un personaje complejo y con suficientes aristas como para que explorar su naturaleza dé para tantas interpretaciones incluso dentro de una misma etapa.
Gracias por la lectura y recordad: la dignidad se cultiva, no se hereda.
Si te gusta lo que hago, puedes invitarme a un café:
31/08/2019 at 19:57
Madre mía, necesitaré todo el fin de semana para leer esto.
Tremendo trabajo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
31/08/2019 at 20:03
Muchísimas gracias. Ya me contarás 😉
Me gustaMe gusta
03/09/2019 at 11:51
ENORME. En todos los sentidos. He tenido que dividir su lectura en dos ratos libres, pero me ha encantado. Un acierto el ir desgranándolo por etapas e incluir la información de su edición española y el material original que contiene, muy práctico. ¡Bravo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
03/09/2019 at 12:09
Muchísimas gracias, Mímico. Intenté que al menos el aspecto práctico se mantuviera pese a la chapa y quedara clara la división por etapas. Así la gente podía leer solo la parte que le interesara o saber cómo se publicó. Gracias por leerme y un abrazo enorme.
Me gustaLe gusta a 1 persona