#Reseñoviembre es una iniciativa que imita al reto de los artistas del #Inktober, pero desde el reseñismo y la divulgación, ofreciendo 30 reseñas en los 30 días del mes de noviembre, a menudo partiendo de unas palabras-estímulo comunes a todos los participantes.
Estímulo: COPIA
Obra: Bizarro, de Heath Corson, Gustavo Duarte y Pete Pantazis
Motivo: Dado que esta es mi primera aportación al Reseñoviembre 2019, ¿qué mejor que aprovechar para hablar del primer superhéroe? O, mejor dicho, de su copia retorcida:
Bizarro, el Superman inverso de otro planeta (a ratos).
La Edad de Plata del tebeo americano dio como resultado, especialmente en la editorial DC Comics, una serie de conceptos absurdos derivados de la obligada ingenuidad a la que se sometió al mercado a mediados del siglo XX con la implantación de la censura de la Comics Code Authority. Fruto de estos planteamientos naïf, en 1958 se publicaba el número #68 de la serie de Superboy, donde se presentó por primera vez al antagonista más literal del Hombre de Acero: Bizarro, un monstruo de Frankenstein con los poderes de Superman. La creación de Otto Binder y George Papp acabaría expandiéndose a las tiras dominicales, donde desarrollaría una manera de hablar infantil que acentuaba su absurda naturaleza especular al decir siempre lo contrario de lo que pretendía expresar. ESTO NO SER BIZARRO.
Crisis, reinterpretaciones, cambios de orígenes y decenas de iteraciones diferentes después, y dejando a un lado cuestiones de continuidad o detalles biográficos, 2015 vio la publicación de la primera cabecera propia del personaje, Bizarro, la miniserie de 6 números de Heath Corson, Gustavo Duarte y Pete Pantazis que tenemos entre manos. ¿La premisa? Jimmy Olsen, el mítico compañero de Clark Kent en el Daily Planet, quiere conseguir fama y fortuna, y se carga a la espalda la tarea de deshacerse de Bizarro, que en su afán de redención superheroica está dejando Metrópolis hecha unos zorros. Así dará comienzo un loquísimo road trip destinado a abandonar al retorcido antihéroe en Bizarro-América, es decir, Canadá.
Acierta Corson desde el principio con el retrato paródico con el que presenta a la pareja, representando al «villano» como un personaje que es todo corazón y al «héroe» como un hombre guiado únicamente por la ambición. Y es que, del choque entre expectativas y realidad sobre la percepción que la gente tiene de ambos, surge un cruce de cables cervantino en el que la transparente ingenuidad e imparable propósito del Quijote de Bizarro acaba volcándose en la ambición exagerada y los temblorosos pies en la tierra del Sancho de Jimmy Olsen. Todo ello representado estupendamente en la bombástica estética cartoon de Gustavo Duarte y la muy animada paleta de Pete Pantazis que invita a soñar con una adaptación televisiva para toda la familia que nunca llegará.
A la locura del viaje por carretera, que nos lleva a través de concesionarios de coches usados con temática egipcia, de pueblos fantasmas del Salvaje Oeste, y de escenarios oníricos de naturaleza mágica, se le suman las aportaciones explosivas de una sola página dibujada por autores de postín. Bill Sienkiewicz, Kelley Jones, Francis Manapul, Darwyn Cooke, Fabio Moon, Gabriel Bá, Rafael Albuquerque y Tim Sale colocan la guinda al pastel con sus estilos tan alejados de la caricatura de Duarte, provocando el necesario contraste entre el oscuro y pretendidamente maduro universo DC y el infantil semblante del Bizarro más divertido y estúpido que se ha publicado jamás. ¡NO LEED ESTE HORRIBLE TEBEO DE BIZARRO!
Bizarro,
de Heath Corson, Gustavo Duarte y Pete Pantazis
ECC Ediciones / Kodomo
Contenido:
DC Sneak Peek: Bizarro #1 (DC Comics, 2015)
Bizarro #1-6 (DC Comics, 2015)
Rústica. 144 páginas. 14.95€. Desde el 19/09/2019
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01/11/2019 at 13:29
”[…] Una serie de conceptos absurdos derivados de la obligada ingenuidad a la que se sometió al mercado a mediados del siglo XX con la implantación de la censura de la Comics Code Authority.”
Es una cosa que se dice mucho, y que creo que es matizable.
La censura acotó mucho lo que se podía mostrar y lo que no y sí, obligó a trabajar desde un tono naif… Aparentemente.
Si te lees esas historias, con lo que te encuentras bastante a menudo es con el trabajo de artistas más o menos frustrados (el Binder es buen ejemplo) que intentan trabajar sus cosas con los materiales que les dan, creando a menudo historias con una carga subversiva fuerte, y con un ojo puesto en lo que se hacía en esa época en el mundo del arte y la contracultura.
Vamos, que en el Superman de la silver age hay bastante más comentario social (Bizarro World…) y paranoias psicosexuales de las que pueda pensarse. Nada que ver con el mundo sanote y educativo del Flash de Infantino, por ejemplo.
Eniweis. Me gusta mucho bizarro y después de este artículo le tengo más ganas de las que le tenía a este tomito.
Besis, y enhorabuena por la web.
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01/11/2019 at 20:58
Muchas gracias por el matiz, y sí, es evidente que caminar sobre los márgenes o incluir subtexto era aparentemente la única manera de construir historias si les autores tenían alguna pretensión. Agradezco doblemente tu comentario, porque tampoco quería profundizar en el tema, pero tu aportación será un complemento genial a quien se pase por aquí.
¡Mil gracias y espero que lo disfrutes!
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