#Reseñoviembre es una iniciativa que imita al reto de los artistas del #Inktober, pero desde el reseñismo y la divulgación, ofreciendo 30 reseñas en los 30 días del mes de noviembre, a menudo partiendo de unas palabras-estímulo comunes a todos los participantes.
Estímulo: ESPECTADOR
Obra: Motherlands, de Simon Spurrier, Rachael Stott, Stephen Byrne y Felipe Sobreiro
Motivo: Las misiones de los cazarrecompensas interdimensionales se televisaban para infinitos espectadores cuando la madre de la protagonista vivía sus años de gloria.
¿Qué ocurriría si la humanidad descubriese el modo de acceder a infinitos universos paralelos en los que la vida se desarrolló de manera completamente diferente, pese a que los mismos seres humanos los habitasen? Conociendo a los seres humanos, evidentemente, un desastre de proporciones épicas en el que las grandes corporaciones verían la manera de explotar esos infinitos recursos amasando un poder sin límites y provocando eternas hostilidades. Incluso los beneficios, como podrían ser los tremebundos avances tecnológicos, acabarían desencadenando el colapso de un sistema de competitividad con un sinnúmero de posibilidades. Frente a este caos surgen voces disidentes, terroristas sin discurso unificador y, en general, criminales que se aprovechan de los infinitos lugares a los que huir para campar a sus anchas, así que alguien tiene que detenerlos cuando las fuerzas del orden no son suficientes. Aquí entran los cobradores, cazarrecompensas con patente de corso para viajar entre realidades en busca de los indeseables, cuyas labores son a menudo retransmitidas como entretenimiento televisado. O así era antes.
Simon Spurrier, como guionista de la escuela británica de la 2000 AD, tiende a menudo a llevar sus historias a escenarios de ciencia-ficción cruda, sucia, fantástica, recogiendo la tradición de utilizarla para realizar algún tipo de comentario social… pero el motor de sus historias es siempre su componente humano, empleando a menudo personajes rotos en algún aspecto de su personalidad, tratando de recomponerse. Lo vimos con la fracturada personalidad múltiple y el peso del legado familiar en su Legión en Marvel. Lo vimos en su Six-Gun Gorilla, con aquel bibliotecario en plena crisis de identidad y mal de amores que accedía a ir a una guerra retransmitida en directo para disfrute terráqueo (como en la obra que nos ocupa) porque buscaba suicidarse, pero era demasiado cobarde para ello. Y lo vemos aquí, donde el escenario hostil y a contrarreloj, tan deudor en su faceta multiversal del clásico británico Las aventuras de Luther Arkwright, esconde un drama familiar encarnado por madre e hija.
Tabitha Tubach siempre ha sido grande, razón por la que cual fue víctima de abusos por sus compañeras de clase, y por su propia madre, cuyo estrellato televisivo como cazarrecompensas la llevó a utilizar a su hija como personaje, pero desentendiéndose de ella tras las cámaras. Ahora es la joven, imponente y poderosa bajo los lápices de Rachael Stott (y Stephen Byrne), la que ejerce de cobradora mientras su madre descansa en una residencia… hasta que el siguiente encargo resulta ser su otro hijo, hermanastro de Tabitha y líder terrorista. No obstante, lo que marca la obra son las tiranteces emocionales, las horribles palabras dichas y las necesarias respuesta calladas, y la crisis de identidad de una progenitora despechada arrojada como un volquete de heces sobre la vida de una hija resentida que siempre tuvo que valerse por sí misma.
Como en la mayoría de obras de Spurrier, la atención se centra en el drama, pero el relato se presenta con numerosas aristas y giros, una trama más compleja de lo que aparenta, y una serie de revelaciones finales que elevan la tensión emocional. Todo ello pese a que la historia se desenvuelva rodeada de tiros, explosiones y mujeres destruyéndose a mamporros dentro de exoesqueletos y cuerpos mutantes pseudoorgánicos, mientras el color de Felipe Sobreiro se une a una fiesta de acción alternada con durísimos flashbacks. Ciertamente, Motherlands hace honor a su título y nos plantea un drama fantacientífico sobre la complejidad de las relaciones con nuestros progenitores cuando son ellos y ellas quienes fallan en su labor y cargan la responsabilidad en sus hijos e hijas. Un purgatorio familiar.
Motherlands,
de Simon Spurrier, Rachael Stott, Stephen Byrne,
Pete Woods y Felipe Sobreiro
Vertigo / DC Comics
Contenido:
Motherlands #1-6 (2018)
Rústica. 160 páginas. $16.99. Desde el 21/11/2018.
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03/12/2019 at 13:41
Siendo Spurrier sería compra fija, pero no veo a ECC por la labor… Por otro lado reconozco que, de la larga lista de sus tebeos de creación propia inéditos en castellano, no estaría entre los que más ganas tengo que publiquen.
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03/12/2019 at 18:46
Estamos de acuerdo, tanto en la dificultosa edición española como en que tampoco es precisamente una obra puntera del guionista. Obra menor de un guionista siempre solvente. Pero, desde luego, sus obras menores siguen siendo tebeos entretenidísimos que, puestos al peso, están por encima de la media. Especialmente si tenemos en cuenta lo que publicó Vertigo en esa hornada final que fue su último clavo en el ataúd.
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