#Reseñoviembre es una iniciativa que imita al reto de los artistas del #Inktober, pero desde el reseñismo y la divulgación, ofreciendo 30 reseñas en los 30 días del mes de noviembre, a menudo partiendo de unas palabras-estímulo comunes a todos los participantes.
Estímulo: GATO
Obra: Inframundo, de Pep Brocal
Motivo: En busca de su gato, la protagonista acaba descendiendo a los infiernos al final de la escalera que se dedica a limpiar.
«¡Abandonad toda esperanza, vosotros que aquí entráis!»
—Dante Alighieri, «Infierno» (La Divina Comedia, c. 1304)
Las revisiones del clásico poema de Dante, con múltiples interpretaciones de lo que representa el infierno y del modo en que se plasma (más o menos literalmente), no han dejado de producirse pese a que han pasado siete siglos desde que se publicara La Divina Comedia. Su representación del infierno, tan ligada al pecado y a la mitología cristiana, siempre ha resultado sugerente y reconocible, cercana incluso; lo cual no ha impedido que, de un tiempo a esta parte, se hayan intentado lecturas más pretenciosas de la misma, como la soberbia y fallida La casa de Jack de Lars von Trier. Es por esto que resulta refrescante un acercamiento desde la humildad, yuxtaponiendo introspección emocional a surrealismo humorístico, y centrándose en una protagonista cercana en busca de sí misma.
Amalia es una portera que heredó el puesto al fallecer su madre. Su vida siempre estuvo marcada por las decisiones de otras personas y, cuando por fin parecía que forjaba su propio camino, un desengaño amoroso la devolvió al hogar materno. En medio de la aparente inmovilidad de su rutina, siendo sin ser ella misma, su gato acaba en la maleta de un hombre extraño… que se dedica a recoger las almas de aquellas personas que, sumidas en la soledad y cercanas a la muerte, se han rendido ya. Así comienza el descenso accidental de Amalia a los infiernos donde, a falta de un Virgilio que la guíe, irá trastabillando de un círculo a otro, cada cual con una atmósfera de color distinta e intercalando sus desventuras con las reflexiones lisérgicas de Bruce Lee, ídolo de su madre y voz mitificada a lo largo de la vida de la protagonista.
Así, Pep Brocal combina la iconografía demoníaca y los escenarios infernales con la psicodelia absurda y la caricatura del maestro de las artes marciales, todos ellos elementos aparentemente ajenos al drama que acompaña a la crisis existencial de Amalia. Este es, pues, un relato de fantasía cotidiana en el que el arte de Brocal, de expresivo trazo grueso, cuidadoso uso puntual de las sombras, y colores profundamente absorbentes, invita desde su aparente sencillez a no dejar de leer hasta el final. Esos mismos colores contribuyen a una tematización de la atmósfera, que hace chocar el frío de la vida cotidiana de la protagonista, con la casi omnipresencia del intenso rojo infernal y el brillante amarillo salvador del clásico atuendo del Bruce Lee onírico. De este modo, al igual que el propio guión, el apartado visual nos provoca risas, temblores y alguna que otra lágrima final.
Inframundo es una historia que clama contra el determinismo autoimpuesto y celebra la exploración personal para determinar qué es lo que realmente buscamos en la vida… aunque tengamos que ir a buscarlo allá donde las vidas terminan. Y lo hace desde un plano reconocible, pese a su complejidad de trasfondo, precisamente para trasladarnos la cálida comodidad de lo familiar e invitarnos a nuestra propia introspección. Cada cual tiene sus infiernos, y descuidarlos no es una opción si pretendemos avanzar en nuestro camino. Debemos hacer frente a los demonios, pero para ello es importante descubrir cuáles son los nuestros y no los que otras personas nos han cargado.
Inframundo,
de Pep Brocal
Astiberri
Contenido: Mascotas, espíritus y otros prodigios del Inframundo (2019)
Cartoné. 312 páginas. 29.00€.
Desde el 28/05/2019.
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