«A nadie le gusta ser ignorado… ¿Me lo prometes?
Que siempre mostrarás fortaleza a través de la amabilidad y la empatía.»
—Mai K. Nguyen, Pilú de los Bosques
En la naturaleza, al menos en el mundo de la flora, hay en apariencia un orden, un respeto de los espacios según el cual dos seres vivos que crecen en el mismo entorno tendrán un desarrollo similar, siguiendo unos patrones prácticamente matemáticos dictaminados por la evolución. Pero los seres humanos no funcionamos así, no hay proporción áurea que pueda predecir la forma final, tanto física como psicológica, que iremos adquiriendo desde la infancia hasta la madurez, pese a compartir circunstancias. Y en esa infancia dos son los entornos clave en los que más pueden destacarse las diferencias: el familiar y el escolar.
La primera obra larga de la autora asiático-americana Mai K. Nguyen, Pilú de los Bosques, es un cuento con tintes de realismo mágico protagonizado por Willow, una niña solitaria que en el colegio se refugia en sus libros de botánica para no sentirse relegada. Esta marginación, junto al dolor por la pérdida de su madre, ha creado unas criaturas en su interior que le han hecho reaccionar de forma agresiva, incluso con su hermana mayor, por lo que se escapará al bosque. Allí conocerá a Pilú, un espíritu arbóreo que se ha perdido tras entristecerse por haberse sentido apartada por su familia, y a quien Willow ayudará a volver a casa.
Tanto el enfoque de la obra como el estilo de dibujo, como cabe esperar de las colaboraciones entre la editorial La Cúpula y Brúfalo Lector, está orientado a un público claramente infantil, pero sirve como recordatorio para cuestiones básicas de respeto y convivencia que los adultos tendemos a olvidar. Trazo amable y dinámico, detallismo en los entornos naturales, un omnipresente filtro verde sobre todos los colores y unos diseños adorables de personaje hacen del cómic una lectura tan agradable como los paseos por el campo que la protagonista realiza con su familia, haciéndola muy recomendable para leer a cuatro manos con gente pequeña. Así, se podrán poner en valor las enseñanzas que plantea Nguyen, así como la importancia de observar, descubrir y preservar el entorno natural, en el que se hace adecuado hincapié al final del tomo, con propuestas de actividades para realizar en casa o en el campo.
Pilú de los Bosques es, pues, un cómic que cumple una doble función educativa: ayudar a encontrar y abrazar un espacio individual, personal y seguro (que no aislado) en la infancia, y enseñar a discernir, desde la empatía, entre lo que son momentos malos (normales y esperables), prejuicios, ruido negativo en nuestra cabeza, y momentos en los que alguien trata de ayudarnos o necesita de nuestra ayuda, que no pretende hacernos daño sino todo lo contrario. Todo ello con un precioso envoltorio de amor y respeto por la naturaleza. Aunque quizá lo más importante sea la forma sencilla y directa en la que nos invita a entender nuestras emociones, a aprender a controlarlas y, en definitiva, a saber cuándo debemos sobreponernos y cuándo pedir perdón.
Pilú de los Bosques,
de Mai K. Nguyen
La Cúpula / Brúfalo Lector
Contenido: Pilu of the Woods
(Oni Press, 2019)
Cartoné. 168 páginas. 20.50€.
Desde el 17/05/2021.
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