«Nací en enero, un día gélido, mientras la vida permanecía suspendida…»

Zoe Maeve

Viejo es el mito de las cámaras de fotos que, al tomar tu imagen, también se llevaban un pedazo de tu alma con ellas. Un instante arrancado del hilo del tiempo y estampado en el negativo, transcrito entre luces y sombras hasta su gran revelación. La ilustración de un momento, instantáneamente pasado, que trascenderá a las vidas de las personas fotografiadas, producto vestigial de un entonces en el que no se conocía el final. Sin embargo, al debut de la artista Zoe Maeve entramos conociendo (o creyendo conocer) el destino de la familia del último zar de Rusia, por lo que las fotografías de Anastasia, como la nieve que rodea al Palacio de Alejandro o como las mariposas que revolotean por las páginas, abandonadas ya sus protectoras crisálidas, pronto se disolverán en mero recuerdo de lo perdido.

A

El regalo nos cuenta los últimos días de la familia Románov, desde el nacimiento de Anastasia y, más tarde, de su hermano, pasando por las ascuas de la Revolución Rusa y la reclusión de Nicolás II en su palacio, hasta llegar a la Casa Ipátiev donde serían asesinados. Pero este no es un cómic histórico ni pretende narrar este episodio violento, sino que este es el relato de Anastasia, de la relación con su familia y de su particular percepción del mundo una vez que recibe un misterioso regalo cuya procedencia desconoce: una cámara de fotos. Pese a la cotidianeidad de muchos de los episodios narrados por Maeve, la historia está narrada con cierta frialdad, con la ausencia de calidez que provocan los acontecimientos en la mente de una adolescente que trata de buscar sentido al mundo.

El hecho de que sea, precisamente, una cámara de fotos lo que reciba en su 17º cumpleaños parece trasladar también ese punto de vista, la distancia de quien contempla la vida a través de un objetivo, guardando todo su sentido y su sensibilidad en la caja cúbica del aparato. Y a esa frialdad, al carácter gélido del hecho narrado en consonancia con la nieve que rodea a los distintos lugares en los que se refugian, se le suma la fragilidad, como el hielo que se resquebraja, la fotografía que por un momento quiebra el tiempo para preservarlo. De ahí las metáforas de lo efímero y lo frágil en las mariposas, en la nieve que se derrite, en los cuerpos débiles y quebradizos de los hermanos que sangran con facilidad. Estatuas e instantes que, como las joyas cosidas bajo la ropa, no serán suficientemente sólidos para sobrevivir a la tragedia.

B

Roto el hielo de los azules y blancos que construyen las formas y metáforas de la obra, El regalo de Zoe Maeve transcurre como un vaho exhalado en días fríos. Un relato de contrastes afilados entre los hechos y los sentimientos nunca del todo descifrados por la protagonista hasta su final, en comunión con ese todo efímero que la rodeaba desde su nacimiento invernal. La mirada femenina, la de la relevancia de los hechos cotidianos, íntimos, frente a la grandilocuencia belicista y, en última instancia, trágica de su destino final, hace de esa Anastasia, desnuda ante su espejo, el más blanco reflejo de la búsqueda del otro en uno mismo, de la ausencia total de empatía al arrancar una vida. Un alma, no robada sino impresa, en una fotografía.



El regalo
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de Zoe Maeve
Alpha Decay (trad. Jorge de Cascante)

Contenido: The Gift
(Conundrum Press, 2021)

Rústica. 96 páginas. 19.30€.
Desde el 14/11/2022.
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